Los adversarios del cigarrillo electrónico parecen haber
ganado otro palmo de terreno a partir de un estudio publicado recientemente,
según el cual en un año se duplicó el número de estudiantes de secundaria de
Estados Unidos que lo consumen.
El llamado e-cigarette, un dispositivo a pilas que provee
dosis de nicotina y otros aditivos en aerosol, fue introducido originalmente
como la mejor alternativa para combatir la adicción al tabaco.
Pero según el estudio, del Centro para el Control y
Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en ingés), un organismo
federal estadounidense, está teniendo el efecto contrario entre una población
particularmente vulnerable: la de los jóvenes.
La cifra de estudiantes que probaron los cigarrillos
electrónicos entre 2011 y 2012 según el estudio es 1,8 millones, una
estadística que ha sido recibida con preocupación por las autoridades. En
términos relativos, el porcentaje de jóvenes entre 11 y 18 años que actualmente
los consume pasó de 1,1% a 2,1%.
La encuesta también mostró que unos 160.000 estudiantes que
no habían fumado nunca antes comenzaron a usar cigarrillos electrónicos.
Quienes promueven su consumo afirman que son una alternativa
saludable para los fumadores, pero sus detractores señalan que sus efectos no
están claros e incluso que un cigarrillo electrónico podría conducir a fumar
uno real. En concreto, el estudio habla de efectos sobre el desarrollo del
cerebro en los jóvenes.
¿Cómo y por qué se están abocando los estudiantes
estadounidenses a este dispositivo?
Venta y multa
La venta de cigarrillos electrónicos a menores de edad no
está autorizada. Y sin embargo no es un misterio cómo es que, en la práctica,
están accediendo a mayores cantidades del producto.
"Básicamente nosotros no estamos regulados todavía por
el estado ni por el gobierno federal, pero hay una especie de ley invisible,
según la cual se usa el mismo concepto que el cigarrillo: hay que tener 18 años
para consumirlo", le dice a BBC Mundo Alain Rodríguez, dueño del negocio
Virtual Vapor, en la ciudad de Miami.
El procedimiento en estos casos es pedir un documento de
identificación al comprador para constatar si tiene la edad reglamentaria. De
lo contrario, no se le vende.
"(Pero) ellos encuentran la manera. De la misma forma
que compran una botella de licor o un paquete de cigarros", señala
Rodríguez.
"Hay quienes están desesperados por vender y se los
venden, pero si a esos un directivo les manda dos o tres personas que le
compren un cigarro electrónico sin identificación y después les meten una multa
de US$5.000, vas a ver como dejan de vendérselos".
Actualmente, las multas por venta ilegal varían. En
California, empiezan en US$200 y aumentan hasta US$1.000 por reincidencia,
mientras que en Florida van de los US$100 a los US$1.000.
Sabores, publicidad y nicotina
La otra cuestión es qué está atrayendo a los estudiantes
hacia el dispositivo electrónico.
Un primer elemento es la variedad de sabores en que se
ofrece -fruta, menta o chocolate-, lo que tiene buena acogida entre este mercado
en particular.
Otro apunta hacia la publiciad. En 1971 se prohibieron los
comerciales de cigarrillos en la televisión estadounidense; en 2012 se
transmitió el primero de la modalidad electrónica.
En virtud de que la publicidad se considera generalmente
como un arma muy eficente para la venta de toda clase de productos, Rodríguez
opina que "eventualmente la van a eliminar también".
Por último, está la oferta fundamental de los e-cigarettes:
la posibilidad de acceder a una dosis de nicotina, mientras que se reduce o
elimina la necesidad de los cigarrillos corrientes.
Reiner, un usuario de 29 años, los fuma hace seis meses.
"Antes fumaba una cajetilla diaria de cigarrillos normales, pero ya los he
dejado completamente", le dice a BBC Mundo.
"Estoy en el proceso de dejar de fumar del todo",
agrega. "Pero no me parece buena idea que los escolares los fumen, porque
contienen nicotina".
Charlie, otro fumador de cigarrillos electrónicos, comenta
que empezó hace un año y medio "porque funcionan mucho mejor que los
cigarrillos normales".
"Desde el día del padre del año pasado, fumo dos
diarios y noto una gran diferencia: no me duele el pecho, no tengo mal aliento,
ahorro dinero y me siento mucho mejor".
Otro que está experimentando con los electrónicos, aunque no
ha podido dejar de fumar los cigarrillos convencionales, es nuestro
corresponsal en Los Ángeles, Jaime González.
"Parece una alternativa, con la ventaja de que, aparte
de la nicotina, no tiene todas las sustancias nocivas que se atribuye a los
cigarrillos", dice. "Además te ahorras el olor a tabaco y se supone
que no te manchas los dientes".
"El cigarrillo electrónico es como el parche, te da la
dosis de nicotina que necesitas y te reduce la ansiedad, pero se echan de menos
otros placeres asociados con el cigarro, como el sabor a tabaco o la densidad
del humo", añade.
"La diferencia con los parches es la fantasía de que te
estás fumando un cigarro. Lo que hace el cigarrillo electrónico es que te des
cuenta de tu adicción, básicamente".
¿Menos daño?
Más allá de si la experiencia es placentera o conveniente,
está la cuestión del impacto sobre la salud.
Además de la nicotina, algunos cartuchos de cigarrillos
electrónicos incluyen componentes potencialmente nocivos, incluidos irritantes,
genotoxinas y carcinógenos animales.
El estudio del Centro para el Control y Prevención de
enfermedades cita una investigación de 2009 del departamento de Farmacología de
la Universidad de California, que subraya un potencial impacto negativo de la
nicotina en el desarrollo del cerebro adolescente.
El estudio sostiene que ocasiona respuestas neuroquímicas
específicas en adolescentes, las cuales pueden alterar sus estados de ánimo en
forma puntual y a largo plazo, afectar las habilidades cognitivas y elevar el
riesgo de desarrollar adicciones a otras sustancias.
Fumar adentro
Una de las supuestas ventajas de los cigarrillos
electrónicos es la posibilidad de volver a fumar dentro de locales cerrados,
cuya prohibición se empezó a implementar durante la década de 1990 en EE.UU.
Guido Tresierra, dueño del restaurante Fusion Latin Cuisine,
dijo a BBC Mundo: "No fumo y no me agrada la idea de que fumen dentro del
restaurante, pero también tengo en cuenta que es una alternativa para quienes
les gusta el cigarrillo y al menos lo que están botando es vapor y lo hace más
aceptable, pero todavía no tenemos claro si es dañino o no".
Alexander Vincero, propietario del bar Covenant Music House
of Rock, también comentó a BBC Mundo: "Yo no dejo fumar (cigarrillos
reales) dentro por el olor, pero sí lo permito a quienes tienen el cigarrillo
electrónico, porque realmente no se siente".
Jaime González, corresponsal de BBC Mundo en Los Ángeles:
"Muchas veces el fumador se organiza el día en función de los cigarros que
se fuma, pero es obvio que se puede ahorrar el tiempo de bajar y subir a la
oficina".
Rodríguez está convencido "100%" de que los
cigarrillos electrónicos son más beneficiosos que perjudiciales. "El
concepto de nosotros es muy simple: empezar con una dosis de nicotina similar a
la que consumías con tu cigarrillo e irte bajando poquito a poco hasta quitarle
a tu cuerpo las ganas de la nicotina".
Con todo, la encuesta reveló una tendencia de signo
contrario: la de quienes, no habiendo fumado nunca, probaron los electrónicos.
La cifra alcanzó el 9,3% del total consultado.
Así está el debate. Pero parece ser sólo el principio.
Ahora que algunos estados permiten su uso terapéutico, ya
hay quien ha desarrollado cigarrillos eléctricos de marihuana.
"Son ilegales en el estado de la Florida",
responde Rodríguez, "aunque ya existen en California: les echan el líquido
y causa el mismo efecto".
Incremento de escolares que fumaron cigarrillos electrónicos de 2011 a 2012
Grados 6° a 12° (de 11 a 18 años de edad):
- Fumaron alguna vez cigarrillos electrónicos: de 3,3% a 6,8%
- Fuman actualmente cigarrillos electrónicos: de 1,1% a 2,1%
- Fuman actualmente cigarrillos convencionales y electrónicos: de 0,8% a 1,6%
- 9,3% de quienes fumaron cigarrillos electrónicos alguna vez declararon no haber fumado nunca cigarrillos convencionales
- 76,3% de fumadores actuales de cigarrillos electrónicos reportaron fumar cigarrillos convencionales actualmente
Fuente: BBC Mundo