domingo, 9 de noviembre de 2014

¿Sabés quién fue y qué hizo el Dr. Luis Agote?

Hoy se cumplen 100 años de la primer transfusión de sangre citratada, un evento trascendental en la historia de la medicina que estuvo en manos del destacado Dr. Luis Agote. En esta nota, podrás conocer algo sobre su vida y su gran carrera.

Luis Agote nació en Buenos Aires el 22 de septiembre de 1868.

Ingresó a la Facultad de Medicina en 1887 e inició su carrera hospitalaria como practicante honorario en el hospital San Roque. En 1893 terminó como practicante mayor en el hospital de Clínicas. Simultáneamente fue designado en 1889 como director de Anatomía Descriptiva de la Facultad. Graduado en el año 1893, presentó su tesis de doctorado que versó sobre "Las hepatitis supuradas". Fue designado como secretario del Departamento Nacional de Higiene y en 1895 fue nombrado director del Lazareto Martín García.

Para esa época comenzó a concentrar su actividad en la clínica médica y en 1899 fue designado médico de sala del hospital Rawson, donde posteriormente sería jefe. En 1905 fue nombrado Profesor Suplente de la Facultad de Medicina. En 1914 inauguró el Instituto Modelo de Clínica Médica, que llevó a cabo un vasto programa de investigación, enseñanza y asistencia, tratando de producir trabajos que significaran puentes entre la investigación científica de avanzada y su aplicación a la clínica médica. Investigador de alma, estudió el uso del suero "Behring" en el tratamiento de la difteria. Culminó su carrera como profesor de la cátedra de Clínica Médica en 1915, hasta que se retiró en 1929.

Sus inquietudes políticas lo llevaron a ocupar el cargo de legislador en la Cámara de Diputados en 1910 y 1916 en donde trabajó en pos de varias leyes relacionadas con la salud y la medicina.

Pero, sin duda, su trabajo médico más trascendente fue "Nuevo método sencillo para realizar transfusiones de sangre", publicado en 1914. Este trabajo es un ejemplo, tal vez el más importante, por lo que significó para la escuela médica y cuyos beneficios excedieron la frontera de nuestro país para contribuir universalmente al beneficio de la humanidad. Landsteiner, para entonces, ya había descubierto los grupos sanguíneos del sistema ABO. Agote trataba de encontrar una solución al desafío que le planteaba dominar las hemorragias en los hemofílicos. Junto a su colaborador, el médico laboratorista Lucio Imaz Appathie, había realizado numerosos experimentos en animales investigando caminos inversos a los que ya se habían probado sin éxito, como colocar la sangre en recipientes especiales o mantenerla a una temperatura específica y constante. Su idea fue buscar un componente, que añadido a la sangre no permitiera el proceso de coagulación.

Después de numerosos fracasos, observó que el citrato de sodio no permitía la formación de coágulos y además no era tóxico como la hirudina, la peptona o el oxalato de sodio. Agote se hizo transfundir sangre para demostrar que su método era inocuo. 

La primera transfusión con sangre citratada realizada con éxito en el hombre tuvo lugar el 9 de noviembre de 1914, en un paciente con tuberculosis pulmonar que ocupaba la cama 14 de la sala Fernández del Instituto Modelo. Los aspectos técnicos del procedimiento fueron manejados por el Dr. Ernesto V. Merlo con la sangre extraída a Ramón Mosquera, el portero del Instituto.

El 15 de noviembre, cinco días más tarde, a modo de demostración pública transfundió con total éxito a una paciente anémica grave, una parturienta que había tenido serias hemorragias por haber tenido placenta previa. Previamente trescientos centímetros cúbicos de sangre del donante, el señor Maclica, fueron mezclados con citrato sódico al 25%. Fueron testigos directos de aquel hecho el Dr. Epifanio Uballes, rector de la Universidad de Buenos Aires; el Dr. Luis Güemes, decano de la Facultad de Medicina; Baldomero Somer, director general de la Asistencia Pública y el intendente municipal, Dr. Enrique Palacio. Además todo el personal del Instituto tuvo la oportunidad de participar de este hecho; también de los profesores de la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos Aires y de numerosos médicos y cirujanos.

La paciente, tres días más tarde, se fue a su casa restablecida.

Fuente: En busca de la historia perdida, Luis Agote (1868-1954) y el Método Agote de transfusión de sangre citratada, Matilde Sellanes. Adaptación: Ediciones Médicas (Dr. Enrique Otharán)