
La diabetes es considera un gran problema a nivel mundial, a
tal grado, que ya se la cataloga como epidemia al comprometer a más de 400
millones de personas en todo el planeta y producir cinco millones de muertes
cada año.
Así lo reconocen la Federación Internacional de Diabetes
(FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) que desde 1991 instauraron la
fecha de hoy, como respuesta al alarmante aumento de los casos en el mundo,
debido principalmente a la mala alimentación y el creciente sedentarismo en la
población.
Convivir con la diabetes todos los días no es tarea
sencilla. Se debe modificar los hábitos alimenticios de por vida, incluir
actividad física rutinaria, tomar medicación y estar listo para enfrentar
varios cambios y conductas.
Por eso, los profesionales consultados por LA NACION,
advirtieron que es imprescindible cambiar los hábitos alimenticios y realizar
ejercicio periódico, además de realizar exámenes médicos de rutina a fin de
identificar esta enfermedad, que muchas veces no es diagnosticada ya que sus
síntomas suelen desestimarse.
"Se trata de un desorden de carácter metabólico y su
principal patrón es el aumento de azúcar en sangre. La diabetes es una afección
crónica que se desarrolla cuando el organismo manifiesta limitaciones para
producir la hormona llamada insulina en cantidades necesarias o bien, para
utilizar los niveles disponibles correctamente. Esta enfermedad puede
clasificarse principalmente en Diabetes tipo 1, Diabetes tipo 2, o Diabetes
gestacional", explicó la médica endocrinóloga Laura Maffei.
"Una de las principales funciones de la insulina es
regular los niveles de glucosa en sangre (glucemia) facilitando el ingreso de
este nutriente a las células. Por eso, en las personas con diabetes la glucosa
no ingresa normalmente a las células para realizar un correcto proceso
metabólico y la glucemia se encuentra elevada. Mediante este pasaje el cuerpo
obtiene la energía necesaria para activar los músculos y tejidos", agregó
la experta.
En el caso del paciente diabético, su condición le impide
absorber la glucosa correctamente de manera que ésta queda circulando en la
sangre (se conoce como hiperglucemia). Esto puede dañar los tejidos con el paso
del tiempo y el deterioro llega a causar complicaciones para la salud
potencialmente letales.
Tipos y prevalencia
La Diabetes se presenta con dos formas clínicas: la Diabetes
Tipo 1, de predisposición genética, se desarrolla con más frecuencia en niños y
adolescentes, y se debe a una falta de producción de insulina por parte del
páncreas; y la Tipo 2, la más frecuente, que generalmente comienza en la
adultez, en la que existe resistencia a la insulina y, a pesar de que hay
concentraciones elevadas de esta hormona en la sangre, no logra su efecto.

También existe la diabetes gestacional, que es la
diagnosticada por primera vez en el embarazo. Dado que suele darse en una etapa
avanzada del mismo, el riesgo es menor que el de una madre que padecía diabetes
tipo 1 o 2 previamente. Allí, el organismo no puede producir ni utilizar la
suficiente insulina necesaria para la gestación.
A nivel mundial la prevalencia de Diabetes se encuentra en
continuo crecimiento, razón por la cual la FID pronostica un incremento de la
enfermedad de un 51% para 2030 a nivel mundial (entre el año 2011 con 366
millones y 2030 con 552 millones).
El ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, destacó el
impacto de esta enfermedad que afecta a cerca de 3 millones de argentinos.
Según los datos que se desprenden de la tercera Encuesta Nacional de Factores
de Riesgo realizada en el año 2013 por el Ministerio de Salud, hay en la
Argentina una prevalencia de diabetes del 9.8%, determinando un incremento con
respecto a lo observado en las evaluaciones previas de los años 2005 y 2009 (8,4
y 9,6% respectivamente). Es decir, que 1 de cada 10 argentinos tiene diabetes.
Desde 2009, la prevalencia de diabetes se mantuvo estable,
afectando principalmente a los sectores de niveles educativos bajos y a las
mujeres. Entre 2005 y 2013 se registró un crecimiento notable de la población
con diabetes que sigue un tratamiento farmacológico, pasando del 33,5% al 56%.
Pero los datos más alarmantes de la encuesta nacional son
los que se refieren al problema de la obesidad: 2 de cada 10 adultos argentinos
son obesos. Y agregando el sobrepeso, llegamos a la conclusión que el 57% de
los argentinos tiene exceso de peso. Es importante tener en cuenta estos datos
ya que la obesidad junto al sedentarismo, son los factores de riesgo más
importante de la Diabetes tipo 2.
Un problema directo al corazón
"Entre del 75% y el 80% de las admisiones hospitalarias
y muertes en personas diabéticas es debido a enfermedad cardiovascular. La
incidencia de la enfermedad aterosclerótica, mayor en pacientes diabéticos que
en la población general", explicó a LA NACION el doctor Ricardo Rey, de la
Fundación Cardiológica Argentina.
"Los pacientes diabéticos tienen de 2 a 4 veces más
posibilidades de presentar una enfermedad coronaria o ACV, y muchos de ellos
desarrollan infarto de miocardio sin dolor. La diabetes compromete distintos
territorios vasculares y puede afectar las arterias de los miembros inferiores.
También, puede afectar el riñón y es causa de insuficiencia renal",
precisó Rey.
Asimismo, reconoció que la enfermedad macrovascular, es
decir, cuando las paredes de los vasos sanguíneos de mediano y gran calibre se
hacen duras y gruesas, es la causa más importante de mortalidad en los
pacientes con Diabetes tipo 2.
"En este sentido, resulta fundamental tanto para el
paciente diabético como para la población general, adquirir hábitos de vida más
saludables. Llevar una alimentación equilibrada, que permita mantener el peso
ideal, la práctica regular de ejercicio aérobico (30 minutos diarios o 150
minutos semanales) y no fumar, disminuyen la prevalencia de la enfermedad y, en
aquellos que ya la padecen, facilita su tratamiento", concluyó el
especialista.
La clave de la alimentación
La alimentación es clave para una vida sana, en especial
para un paciente que sufre de diabetes.
"Lo que come, en el momento del día que lo come y la
cantidad que come, pueden afectar los índices de glucosa en su cuerpo. Es por
eso que el paciente diabético debe tener una dieta especial, que incluya un
listado de alimentos que pueda consumir y de aquellos a evitar", afirmó la
médica endocrinóloga María Alejandra Rodríguez Zía.
Según la experta, es necesario que suspenda el consumo de
todo tipo de harinas refinadas de trigo, azúcares, arroz blanco, papa y avena.
También debe eliminar la miel en cualquiera de sus formas. Se apunta a que
incorpore hidratos de absorción muy lenta como el arroz integral, el grano de
trigo entero y el grano de avena.
"Si come un plato de pastas, es mejor que esté mezclado
con verduras de hojas verdes para que en el estómago se promueva un
enlentecimiento de la digestión de la pasta y así, la insulina suba lentamente
y no se produzca la hipoglucemia. Con todo, lo ideal es descartar las pastas y
optar por un menú a base de carne, pescado, pollo, vegetales verdes, rojos y
anaranjados, huevos, lácteos, frutas con cáscara y legumbres (lentejas,
garbanzos, porotos y arvejas)", afirmó Rodríguez Zía.
Por otra parte, un paciente diabético tiene que hacer un
balance entre lo que ingiere y lo que gasta, porque es fundamental para él
mantener un peso y un índice de masa corporal normal.
La Federación Internacional de la Diabetes, hizo hincapié
este año en la importancia de un buen desayuno para ayudar a controlar la
diabetes. Médicos internacionales destacaron que desayunar es especialmente
importante para las personas con diabetes que se encuentran en tratamiento con
insulina, ya que estar en ayunas incrementa el riesgo de sufrir un episodio de
hipoglucemia.
Un reciente estudio realizado en la Universidad de Chicago,
Estados Unidos, que comparó distintos parámetros asociados al control de la
diabetes tipo 2 halló que los pacientes que no desayunaban tenían un control
más pobre de sus niveles de glucosa en sangre que quienes sí desayunaban. No
sólo tenían un índice de masa corporal más alto, sino que presentaban niveles
más altos de hemoglobina glucosilada, indicador de los valores de glucosa en
los 3 últimos meses.
Causas emocionales y diabetes
Está comprobado que las emociones afectan los niveles de
glucemia. Por eso, la diabetes originada por las tensiones nerviosas y
conflictos emocionales, es la llamada "diabetes emotiva".
"La experiencia con pacientes demuestra que aunque un
diabético no haya comido durante más de 15 horas, puede tener una glucosa en
sangre arriba de lo normal por haber pasado una situación de angustia, ira o
ansiedad. Esto tiene una explicación hormonal muy clara: cada vez que nos
ponemos nerviosos sube un neuroquímico llamado adrenalina, y esta sustancia
estimula directamente la glándula suprarrenal aumentando el cortisol. Estas dos
sustancias normalmente suben el azúcar en la sangre, sacándola del hígado, y
así se producirá un cuadro de hiperglucemia en un diabético", precisó
Rodriguez Zía.
"El ejercicio tiene un efecto similar al de la insulina"
Invitado para participar del XIX Congreso Argentino de
Diabetes, que se desarrolló en Mar del Plata del 6 al 8 de noviembre, James
Skinner, ex presidente del American College of Sports Medicine en EE.UU., habló
sobre el impacto de la actividad física en el tratamiento y prevención de la
diabetes tipo 2.
Entre 1992 y 2004 se realizó en EE.UU. un ambicioso estudio
multicéntrico que pretendía comprender el rol de los genes en la respuesta
cardiovascular y metabólica de una persona frente al entrenamiento aeróbico, y
los cambios que produce el ejercicio sobre diversos factores de riesgo para los
males cardiovasculares y la diabetes. Llamado "HERITAGE Family
Study", la investigación -que se dividió en tres grandes etapas- ayudó a
comprender, entre otras muchas cosas, que existe una respuesta genética al
ejercicio y que ésta es muy variable entre las personas.
"La prevalencia de sobrepeso, de obesidad moderada y de
obesidad severa ha aumentado mucho durante los últimos 60 años. Este aumento
fue demasiado rápido como para ser causado por factores genéticos", señaló
Skinner.
"La mayoría de los diabéticos de tipo 2 también son
obesos. Y si bien existe una predisposición genética a la obesidad, sabemos que
aun con esa tendencia, si la persona se mantiene activa disminuye su riesgo a
desarrollarla. Yo diría que en la mayoría de los países industrializados, la
diabetes de tipo 2 se debe al estilo de vida y no a los genes", explicó el
profesor emérito de la Universidad de Indiana (EE.UU.).
Según el reconocido especialista, en el estudio de la
relación entre la actividad física y la salud, "el ejercicio, tanto de
fuerza como el aeróbico, tiene en el organismo un efecto similar al de la
insulina; por ejemplo, facilita el ingreso de la glucosa a los tejidos. Por
otra parte -añade-, sabemos que la sensibilidad a la insulina se asocia con
diferentes niveles de actividad física".
Claro que no sólo los enfermos se benefician con una vida
activa. Estar en movimiento produce cambios favorables en los lípidos, la
presión arterial, la cognición, la calidad de vida, mejora los problemas
cardiovasculares y el rendimiento físico, en general.
"Estos beneficios son importantes para todos, no sólo
para las personas con diabetes tipo 2", aclaró Skinner, quien recomienda a
aquellos que permanecen sentados durante períodos prolongados al día, que se
levanten y muevan durante varios minutos cada hora para contrarrestar los efectos
negativos de estar inactivo. "Lo importante -insiste- es tener en cuenta
que alcanza con hacer las cosas con moderación; no es necesario ser un
atleta".
Skinner informó que en personas con diabetes tipo 2, una
sesión de 60 minutos de ejercicio de intensidad moderada antes del desayuno
modifica la glucemia pos-prandial (después de comer).
"Muchos estudios han demostrado que una única sesión de
ejercicio aumenta la tolerancia a la glucosa y la acción de la insulina durante
más de 24 horas, pero menos de 72 horas. Así, se recomienda que los pacientes
con diabetes tipo 2 se ejerciten al menos media hora 3 o 4 días a la
semana", aconsejó el especialista.
Fuente: Diario La Nación - Ver más sobre Diabetes