
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera
enfermedades raras o poco frecuentes a las patologías que afectan a menos de 5
personas por cada 10.000 habitantes y, entre ellas, está la fibrosis quística,
la hemofilia, el síndrome de Angelman o el síndrome de trigonocefalia de Opitz,
una patología con un caso por cada millón de habitantes.
Pero una "enfermedad rara" es mucho más que una
condición médica: "Es una dolencia que por el hecho de aparecer pocas
veces en la población y tener un mecanismo poco conocido, sumerge a la persona
en una situación social y familiar de vulnerabilidad", advirtió la doctora
en una entrevista con Efe.
"Yo soy médica y madre de una hija con una enfermedad
rara, lo que me llevó en mi experiencia personal a hacer el recorrido que hacen
los padres con un hijo así y eso me hizo ver el grado de vulnerabilidad del
colectivo", explicó Llera, quien participó en un ciclo de conferencias
organizado por la Fundación Ramón Areces en Madrid.
Los que sufren enfermedades raras se enfrentan a incontables
dificultades: "Encontrar profesionales capacitados, lograr un diagnóstico,
acceder a un tratamiento y financiarlo... pero además son vulnerables a las
malas prácticas, sufren aislamiento social y se encuentran sin organizaciones
en las que apoyarse, muchas veces".
"Toda esta vulnerabilidad hizo darme cuenta de que en
Latinoamérica hacía falta crear una organización que, apoyada en estructuras
internacionales, sirviera para dar un soporte de formación, información y
orientación gratuito" a los pacientes, a los médicos e investigadores
relacionados con estas patologías.
Así nació Geiser en Mendoza, Argentina durante 2002, una plataforma que, a su vez, generó
una situación de "empoderamiento de la sociedad civil" que dio lugar
a la creación de muchas asociaciones de pacientes(en Argentina, Colombia,
Brasil, Perú, Ecuador, México.
“Aunque todavía no son una prioridad, las enfermedades raras
han ido incorporándose a las agendas políticas" y comienzan a tener
visibilidad no sólo en Europa o Estados Unidos, sino en Latinoamérica, donde ya
hay cuatro países con leyes específicas para estas enfermedades "que
registran los derechos y necesidades específicas del colectivo de afectados”,
indicó Llera.
En cuanto a la investigación, Llera se mostró optimista,
aunque todavía es "insuficiente" porque "son miles" de
enfermedades y porque no todas centran la misma atención de los investigadores.
"Algunas suscitan más interés y captan más atención que
otras, especialmente las autoinmunes o las relacionadas con el cáncer",
que son las que más se investigan, mientras que las que afectan al ámbito
intelectual o neurológico son las que menos se estudian, y para las que es más
difícil encontrar especialistas, equipos de estimulación temprana, de
rehabilitación, de inserción", enumeró.
Sin embargo, valoró, "los avances en nuevas tecnologías
relacionados con la genómica están siendo muy rápidos" y será
probablemente esta especialidad la que, con el tiempo, "dará una respuesta
a estos pacientes".
"El futuro es prometedor pero lo que a mí me preocupa
es que se garantice la accesibilidad de los futuros tratamientos" porque
entrarán en el ámbito de la 'medicina personalizada'", y eso exige que las
familias tengan recursos o que los países tengan cobertura estatal, indicó.
Retos como éste
centrarán en la próxima reunión del Foro Internacional, Icord, también
presidido por Virginia Llera y que este año se celebrará del 7 al 9 de octubre
en Holanda.
Fuente: Suplemento Doc Salud (Ámbito Financiero) - Ver más sobre EPOF