Un problema que avanza sin freno en el
ámbito educativo. Lo aprobó por ley la Legislatura bonaerense. Además prevé una
línea telefónica gratuita y una página web. También promueve la realización de
campañas publicitarias preventivas.
“Está prohibido filmar con celulares acciones dentro del
aula y subirlas a Youtube sin la expresa autorización de los alumnos o docentes
incluidos”. La restricción forma parte del reglamento interno de una escuela
secundaria de La Plata y apunta a evitar situaciones de bullying y violencia
psicológica a través de las redes sociales.
El hostigamiento entre estudiantes abandonó la categoría de
“situación aislada” para transformarse en una cuestión de Estado. La
Legislatura bonaerense acaba de aprobar una ley que busca reducir la
conflictividad social en el aula y ahora todas las escuelas –públicas y
privadas– de la Provincia tendrán que incorporar protocolos para el tratamiento
y abordaje los estos los episodios de acoso y agresión.
Según los registros de la Secretaría de Niñez y Adolescencia
del gobierno provincial, se presentaron cinco casos de bullying por mes en 2014
y en lo que va de 2015. Todos terminaron derivados a los gabinetes psicológicos
del organismo. El 45% de los hechos involucran a menores de 13 y 14 años. Es
decir, en el primer ciclo de la escuela secundaria. Pero, este año, el servicio
de Atención y Protección de la Niñez también atendió a dos chicos de 10 años y
otros dos menores de 12, que tuvieron que recurrir por situaciones conflictivas
en las aulas o en los recreos.
La ley de “Abordaje de la Conflictividad Social” prevé
además la habilitación de un sitio web donde alumnos, padres y docentes tendrán
la posibilidad de encontrar material sobre el tema y se podrá canalizar
denuncias en forma reservada. También deberá habilitarse un número telefónico
gratuito para que el que quiera denunciar algún caso por esta vía.
El eje de la denominada “ley anti bullying” es la extensión
a todo el sistema educativo de los Acuerdos de Convivencia. Ahora funcionan en
algunas escuelas secundarias. Reemplazan el tradicional régimen disciplinario,
que incluía las temidas “amonestaciones” y otras sanciones para los chicos.
El autor del proyecto que se aprobó en el Senado provincial,
Marcelo Feliú (FPV), explicó a Clarín que la normativa “constituye un programa
provincial para actuar sobre todas las conflictividades en el ámbito escolar y
que por supuesto incluye el “bullying”. Reúne todas las acciones que se han
aplicado en los últimos años y las hace obligatorias”, dijo el legislador.
“Esto nos permitió incorporar pautas de comportamiento y
deben ser aprobadas por la dirección de Escuelas”, aclaró Claudia Bracchi,
directora de Enseñanza Media de la provincia.
¿Cómo deben ir vestidos los estudiantes? ¿Se puede jugar al
fútbol en los recreos? ¿El celular queda en la dirección o se apaga para las
clases? Estas y otras cuestiones cotidianas quedan fijadas en el Acuerdo.
Además, las autoridades educativas redactaron un “manual de
actuación” para casos de conflictos.
Incluye todas las posibilidades: cómo reaccionar cuando un
chico llevaba un arma a la escuela; cómo ante la agresión de un padre a un
maestro; cuando un alumno era hostigado o discriminado, entre otras.
La ley provincial también contempla campañas preventivas de
difusión para “brindar información y concientizar a la población sobre el
fenómeno de la violencia escolar, sus riesgos y consecuencias, incentivando el
compromiso para su erradicación en todas sus formas”.
Según definió Julia Zafra, licenciada en Educación y docente
de la Secretaría de Niñez, “el hostigamiento sucede en la escuela porque es el
primer ámbito exogámico de la familia. Es probable que quien es agresivo en la
escuela también lo sea en su hogar pero tal vez esas conductas no sean
visibilizadas o quizás se observan y no se evalúan como algo inadecuado”. La
especialista agregó que “la segregación de un chico por parte de sus pares en
el colegio, facilita este tipo de conducta porque instalan el foco en la
posible víctima y además alientan al agresor a traspasar barreras que otros no
se animan”.
No hay edad para el acoso. Por eso, los Acuerdos deberán
redactarse ya desde el jardín de infantes. En este nivel propone la intervención
de los padres y la participación de los nenes “a través del juego”. La
dirección de Escuelas deberá homologar los reglamentos y estos deberán ser
revisados cada año. Al respecto, Bracchi agregó como ejemplo que “siempre
aparecen situaciones nuevas. Hace cinco años, no existía el WhatsApp y los
videos que se viralizan. Tuvimos que adecuar las normas a esas nuevas
realidades”.
Fuente: Diario Clarín - Ver más sobre Bullying