Misóginos y militantes
Lobos disfrazados de corderos, eso son los misóginos que
alegan militar por los derechos de las mujeres; son presuntos conversos que no
hacen mas que distraer la atención, para continuar cultivando su molestia y
odio, por la mujeres en general y particularmente por aquellas que pretender
romper el techo de cristal.
Están cerca, se dejan ver amables y conciliadores, para
disimular el desasosiego que les causa compartir espacios que consideran,
típicamente, masculinos. Pretenden ser estrategas inteligentes porque algunas
caen en sus redes y perdonan sus agresiones como si fueran sus hijos.
Son especialmente peligrosos porque se enrolan en la
militancia por los derechos de la mujer y otros grupos minoritarios, pero
también despreciados por estos sujetos, así gays, lesbianas, travestis,
bisexuales y otros quedan atrapados en el disgusto que le producen los
diferentes.
Entre estos, las mujeres son mayoría, y de esa situación
proviene el ahínco y mayor esfuerzo por molestarlas y/o destruirlas,
denostarlas, criticarlas, juzgar sus conductas, hacer comentarios inadecuados o
considerar que porque se visten como mujeres están provocando sus bajos
instintos.
Mediocres al estilo de los descriptos por José Ingenieros
que no pueden mas que correr de su camino a cualquier mujer que tenga la osadía
de cruzarlo; entre hombres esto se arregla de otra forma, pero una ‘nena’ no
puede ni debe interferir…
Siempre van por más no son capaces de pedir disculpas sin
esbozar una media sonrisa socarrona, son de ese grupo de hombres que mancha al
resto, pero que dañan sin piedad; una vez que lo logran vuelven a encolumnarse
detrás de la defensa de los derechos de las mujeres, escudo que suponen los
protege de reconocerse militantes de la misoginia.
Dra. Mónica Teresita del Cerro
Jefe del Área de Salud, Acción Social, Educación y Cultura del
Defensor de Pueblo de la Nación Argentina