martes, 25 de octubre de 2016

Una mejor nutrición es tarea de todos

Hace un año los países del mundo acordaron en las Naciones Unidas un audaz conjunto de objetivos globales (las Metas de Desarrollo Sostenible), que van desde acabar con la pobreza y el hambre hasta la lucha contra el cambio climático y la inseguridad. Sin embargo, hoy las perspectivas de cooperación mundial en muchos de estos temas aparecen más borrosas.

Resultado de imagen para alimentacion para todosFuerzas políticas en varios países se están aprovechando de temores, a veces fundados, acerca de la violencia, el terrorismo y el desempleo, para proponer nuevas y duras restricciones a la circulación de personas, bienes y servicios a través de las fronteras nacionales. También hay voces que cuestionan principios básicos de la legislación internacional en áreas tales como los derechos humanos y la protección humanitaria, o sostienen que no importa si las acciones de su país causan daño a personas que viven en otros lugares. 

Mientras que algunos pueden encontrar esas consignas y propuestas engañosamente seductoras, la historia sugiere que enfoques que fragmentan el mundo son inadecuados para hacer frente a los problemas comunes que enfrentamos como sociedad planetaria.

Las amenazas ambientales no se detienen en las fronteras. Y en una economía mundial cada vez más integrada, los ingresos y la calidad de vida de las personas en un país dependen en muchos casos de otros individuos en el lado opuesto del planeta. Pero aunque las propuestas de fragmentación y aislacionismo son erradas, eso no significa que dejar todo como está a nivel global sea una opción aceptable. 

Las políticas nacionales y las reglas globales presentan fallas que necesitan ser revisadas. Hoy, tenemos la oportunidad de analizar cuánto se ha avanzado en la lucha contra el hambre y la desnutrición, uno de los principales problemas globales, así como para evaluar la magnitud del desafío futuro.

Por una parte, se puede contabilizar como un importante avance de los últimos 25 años que el número de los que sufren hambre a nivel global haya tenido una reducción de unos 200 millones de personas. Sin embargo, el progreso ha sido desigual. China por sí sola representa una parte importante de ese progreso, mientras que en el África subsahariana el número de desnutridos ha aumentado.

Por otra parte, el número de personas obesas y con sobrepeso está aumentando en todo el mundo, mientras que muchas personas todavía sufren de deficiencias de micronutrientes cruciales para su salud.

Ningún país puede resolver estos problemas por sí solo. De hecho, se necesita un trabajo conjunto para mejorar el funcionamiento de los mercados e instituciones globales y así garantizar que todos tengan acceso seguro a una alimentación suficiente y nutritiva en los próximos años, sobre todo si los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático implican que los mercados van a sufrir shocks más frecuentes e intensos.

Dado que muchas personas carecen de los ingresos que necesitan para poder comprar suficientes alimentos, los gobiernos tendrán que ampliar la ayuda alimentaria interna y otras redes de protección social para grupos pobres y vulnerables, probablemente financiadas mediante la colaboración internacional en el caso de los países más pobres. Y aunque el aumento de la productividad agropecuaria es clave para la lucha contra el hambre en las zonas rurales, los gobiernos deberían también asegurar el marco macroeconómico y de inversiones públicas para la creación de empleo rural más diversificado y para aumentar los ingresos en otros sectores económicos.

Las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) dan un amplio margen para que los gobiernos apoyen la agricultura sin afectar indebidamente a productores extranjeros. Por ejemplo, al permitir sin restricciones el apoyo de los gobiernos para "bienes públicos" tales como el control de plagas, la investigación, la titulación de tierras o la infraestructura rural.

Sin embargo, aunque muchos países han hecho progresos en los últimos años en la reducción de los subsidios que distorsionan el comercio para la agricultura, los mercados globales serían más eficientes y más justos si esas políticas fueran desapareciendo.

La próxima reunión de la OMC, que va a tener lugar en la Argentina en el plazo de poco más de un año, será una oportunidad clave para que los gobiernos acuerden tomar medidas en estas y otras áreas prioritarias.

Los últimos avances en la OMC sobre la eliminación de los subsidios a las exportaciones agrícolas sugieren que el progreso para construir mercados alimentarios mundiales más justos es factible y realista.

En respuesta a las voces que llaman al aislacionismo y a la fragmentación global debemos reiterar el compromiso con los esfuerzos conjuntos para acercarnos a la visión establecida en las Metas de Desarrollo Sostenible, un mundo en el que todos estemos mejor, empezando por los más pobres y vulnerables.

Fuente: Diario La Nación - Ver más sobre Nutrición