Investigadores de Harvard desarrollaron un método de
administración oral. Todavía no se iniciaron las pruebas en humanos.
Si para el tratamiento de una enfermedad crónica las
opciones fueran tomar una píldora o aplicarse inyecciones a diario, sin dudas
la mayoría elegiría la vía oral. Esa alternativa no está aún disponible para
millones de personas que viven con diabetes tipo 1 en todo el mundo y que deben
pincharse una o más veces al día para administrar la insulina que su organismo
no produce. Pero eso podría cambiar.
Investigadores de la Escuela de Ingeniería y Ciencias
Aplicadas John A. Paulson de Harvard (SEAS) desarrollaron un método de
administración oral que podría cambiar drásticamente la forma en la que las
personas con diabetes controlan sus niveles de azúcar en sangre, según un
estudio publicado en la prestigiosa PNAS, de la Academia Nacional de Ciencias
de Estados Unidos.
La administración oral de la insulina no solo puede mejorar
la calidad de vida de los más de 40 millones de personas que sufren diabetes
tipo 1 en el mundo, sino que podría mitigar muchos de los efectos secundarios
de la enfermedad, según el equipo de la Universidad de Harvard que desarrolló
el método que todavía no fue probado en humanos. En Argentina, una de cada 10
personas con diabetes padece el tipo 1 de la enfermedad.
La terapia con insulina por inyección normalmente mantiene
en orden los niveles de glucosa, pero muchos personas no tienen una buena
adherencia al tratamiento, ya sea por fobia a las agujas o por que interfiere
con sus actividades cotidianas, según el director del estudio, Samir
Mitragotri.
Encontrar la forma de administrar la insulina por vía oral
ha sido siempre un desafío que les resultó esquivo a los investigadores. Es que
la proteína no se desarrolla bien cuando se encuentra en el ambiente ácido del
estómago y es mal absorbida fuera de intestino.
El nuevo enfoque desarrollado por el equipo es llevar la
insulina en un líquido iónico compuesto de colina (un nutriente esencial
similar a una proteína) y ácido geranico (usado como aditivo alimenticio) que
se encierra en una cápsula con una capa entérica resistente a los ácidos.
Se trata, según un comunicado de Harvard, de una elaboración
"biocompatible, fácil de producir y se puede almacenar hasta dos meses a
temperatura ambiente sin que se degrade".
Mitragotri explicó que una vez ingerida, "la insulina
debe navegar por una desafiante carrera de obstáculos antes de que pueda ser
absorbida de manera efectiva por el torrente sanguíneo".
La ingestión oral de la insulina, indica la nota,
reproduciría de manera más exactala forma en que un páncreas sano la produce y
administra al hígado.
El equipo se prepara ahora para realizar más pruebas con
animales sobre la formulación del compuesto, así como estudios toxicológicos y
de biodisponibilidad a largo plazo.
En el caso de que todo transcurra sin problemas en esas
etapas, los científicos confían en que será fácil lograr la aprobación para
eventuales ensayos clínicos con personas porque la colina y el ácido geránico
ya son considerados seguros.
Fuente: Diario Clarín - Ver más sobre Diabetes