El primer bebé del mundo concebido por una mujer estéril
gracias a un útero trasplantado de una donante fallecida nació en Brasil hace
un año, indicó el miércoles la revista científica The Lancet.
Siete meses después del nacimiento, la beba se encontraba
bien, pesaba 7,2 kilos y seguía siendo amamantada por su madre, igualmente en
buen estado de salud, según el Hospital Universitario de Sao Paulo, que realizó
el trasplante en 2016.
Es la primera vez, después de una decena de tentativas
fracasadas en Estados Unidos, República Checa y Turquía, que un trasplante de
útero a partir de una donante fallecida permite llevar a cabo un nacimiento.
También es una primicia para un nacimiento mediante un
trasplante de útero en América Latina.
Desde la primera donación de un útero a partir de una mujer
con vida, en 2013 en Suecia, se llevaron a cabo 39 trasplantes, de los cuales
11 permitieron dar a luz a la paciente.
"El único embarazo acontecido después de un trasplante
de útero retirado post mortem fue en 2011 en Turquía y resultó en un aborto
espontáneo", detalló el doctor Srdjan Saso, del departamento obstétrico
del Imperial College de Londres.
Para el profesor Andrew Shennan, obstetra del Kings College
de Londres, la operación "abre la vía a la donación post mortem, como es
el caso para otros órganos", lo que "permitiría a las mujeres que no
pueden concebir un bebé debido a un útero defectuoso llevar a cabo un
embarazo" sin "depender de donantes vivas" ni "recurrir a
la adopción o a una madre de alquiler".
Más de diez horas de operación
La operación se llevó a cabo en septiembre de 2016. La madre
que recibió el útero tenía 32 años y nació sin este órgano, condición conocida
como el síndrome de Mayer- Rokitansky-Küster-Hauser. Antes del trasplante, se
sometió a una fecundación in vitro (FIV).
El órgano procedía de una mujer de 45 años fallecida de un
derrame cerebral y donante de varios órganos (corazón, hígado, riñones), de
factor Rh 0 positivo.
La operación duró un total de 10 horas y media, y fue
seguida de un tratamiento inmunosupresor para evitar el rechazo del órgano por
parte del organismo de la paciente.
Cinco meses después del trasplante, la mujer tuvo las
primeras reglas normales. Y dos meses después, con la transferencia del
embrión, el embarazo se inició.
Este se desarrolló sin dificultades y la beba nació por
cesárea a 36 semanas de gestación, el 15 de diciembre de 2017, en estado
ligeramente prematuro pero considerado oportuno para los médicos para evitar
complicaciones.
La beba pesaba 2.550 kilos y se hallaba en perfecto estado
de salud. El útero fue retirado durante la cesárea para poder cesar el
tratamiento inmunosupresor. muy duro para la paciente. El niño y la madre
dejaron el hospital al cabo de tres días.
Los autores del estudio subrayan que el trasplante del útero
post mortem puede abril- nuevas posibilidades, puesto que en muchos países ya
existe una regulación sobre este tipo de donaciones.
Fuente: Diario La Nación - Ver más sobre Donación de Órganos