La ANMAT regulará la fabricación y/o importación de lentes.
Los peligros de usar productos sin la protección adecuada.
El ojo ocupa menos del 2% de la superficie corporal, pero es
el único órgano que permite la entrada de luz. Ante la exposición al sol sin
protección, sus “escudos” naturales actúan en forma refleja: los párpados se
entrecierran, las pestañas bajan, las cejas hacen su parte y así la pupila se
contrae. Al colocarle anteojos de sol delante, se dilata. Si el producto no
cuenta con los filtros adecuados, junto con la mayor cantidad de luz ingresarán
también rayos ultravioletas (UV) capaces de causar daños oculares
irreversibles. En Argentina, donde se estima que el 20% de los lentes que se
comercializan son inseguros, se empezarán a realizar controles sanitarios para
fiscalizar su calidad.
Lo establece la disposición 562/19 publicada en el Boletín
Oficial, que estipula que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos
y Tecnología Médica (ANMAT) regulará la fabricación y/o importación de anteojos
de sol: deberán ser registrados ante el organismo y para ser autorizados
tendrán que demostrar que cumplen con el filtro UV declarado.
El sector cuenta con un plazo de 180 días para adecuarse a
la medida que, en línea con las que ya rigen en países de Europa, Estados
Unidos y Uruguay, entre otros, viene a poner reglas de juego en un mercado en
el que hasta ahora todo era válido. “Al no haber norma, traer partidas de
anteojos originales que habían sido rebotadas afuera no era ilegal, como
tampoco fabricar lentes que no cumplían con los filtros”, enfatiza Norberto
Fermani, presidente de la Cámara Argentina de Industrias Ópticas y Afines
(CADIOA).
Solamente en los centros turísticos, cada verano se
comercializan más de dos millones de unidades que no pasarían los controles,
precisa. Y apunta que en todo el mercado (incluida la venta en la vía pública,
comercios, internet y ópticas), uno de cada cinco anteojos de sol no cumplen
con las normas de calidad, proporción que se eleva a alrededor de uno de cada
tres si se excluyen a las ópticas. “Es como comprar un protector solar que no
protege”, grafica.
“Cuidar los ojos del sol sigue la misma lógica que cuidar la
piel del sol", afirma Nicolás Fernández Meijide, jefe de Cirugía
Refractiva y Córnea del Hospital Italiano. “El riesgo con los anteojos oscuros
sin el adecuado filtro a la luz UV es que, siendo oscuros, el usuario no se
protege del sol entrecerrando el ojo sino que mira normalmente” y al no tener
protección puede desarrollar desde queratitis hasta tumores.
Desde el servicio de Oftalmología del Hospital de Clínicas
advierten que el uso de lentes de sol de baja calidad puede, además, ocasionar
cefaleas, visión de halos o luces, efecto prismático (que lleva a desviaciones
de los ojos o “forias”) o distorsión en la vista.
A menos de una semana de su publicación en el Boletín
Oficial, “ya hay empresas que están liquidando sus stocks porque saben que no
cumplen con las normas técnicas”, comenta a Clarín Fermani, que es óptico
contactólogo.
Según su pronóstico, la entrada en vigencia de la nueva
disposición limitará el ingreso de “anteojos basura”. Es que la medida -que
excluye a los anteojos y filtros prescritos y a las gafas de esquí- establece
que el incumplimiento hará pasible a los infractores de las sanciones previstas
en la Ley 16.463, que contempla desde apercibimientos y multas, hasta
clausuras, decomiso y cancelación de la autorización para vender o elaborar
productos.
En la etiqueta de los anteojos deberán constar datos
vinculados al grado de protección ocular (categoría y filtro UV) y del
responsable del producto (importador o fabricante), con una vía de contacto
(teléfono o mail). La categoría se define por una escala del 0 al 4 y se asocia
al uso que se le vaya a dar. “El 99% son categoría 3, que tienen muy buen
confort y filtro y son aptos para conducir vehículos, mientras que los que
corresponden a la 4 son para uso en montaña y no pueden utilizarse para manejar
porque reducen la visibilidad”.
¿Qué recomendación le daría al usuario? “En primer lugar, se
debe tomar conciencia de que aquí hay un problema de salud que hasta ahora
estaba oculto. Que compre en locales habilitados para tal fin, con un
especialista y que el producto tenga una etiqueta en la que se pueda reconocer
a un responsable. Siempre hay comerciantes inescrupulosos que compran
liquidaciones o productos extremadamente económicos y que después venden a
precio estándar de mercado. Pero si se compra en una óptica es más probable que
el producto sea de calidad”, concluye Fermani.
Más que un simple accesorio
Más allá del diseño y de los imperativos de la moda y de que
en muchos comercios se los venda como simples accesorios, los anteojos de sol
son productos destinados a proteger la salud ocular. Es que la efectividad de
nuestras defensas naturales (la constricción de la pupila y el entrecerrar los
párpados) en la protección contra el daño de la radiación ultravioleta “es
limitada”, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS) .
“Bajo ningún concepto se debe exponer la visión a la luz
solar directa sin la protección adecuada de anteojos certificados contra los
rayos ultravioletas”, sostiene el oftalmólogo Matías Iglicki, docente de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. “El no uso de
protección puede conducir al desarrollo de cataratas, maculopatía, pterigion
(conocido como ojo del surfista, que es el crecimiento del tejido conjuntivo en
la superficie del ojo), fotoqueratitis (inflamación de la córnea),
conjuntivitis, tumores oculares y otras patologías”, advierte.
“El problema de la degradación celular en los ojos por la
exposición al sol no da signos inmediatos, a diferencia de la piel, que se pone
roja. La degradación lleva años y los daños empiezan a verse en la adultez”,
señala Fermani, quien apunta que son frecuentes los casos de cataratas precoz.
Iglicki afirma que lo ideal antes de comprar gafas es
consultar con el especialista, que recomendará la protección solar
adecuada. Subraya, además, la
importancia de que cubran toda el área de los ojos para que los rayos no puedan
penetrar de costado. El uso de sombreros de ala ancha también contribuye a la
protección.
Fuente: Diario Clarín - Ver más sobre Salud Ocular