A partir del caso del
hijo de Roberto Pettinato, que sufrió quemaduras por la explosión de uno de
estos aparatos, la agencia reguladora recordó que desde 2011 están prohibidos
para su comercialización y uso en el país, ya que no son seguros y su humo no
es inocuo. La OMS respalda esta postura, ya que el humo que se desprende contiene
nicotina y otros productos químicos.
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La ANMAT difundió su último informe donde alertó sobre los
peligros del cigarrillo electrónico, un trabajo elaborado en 2011 y actualizado
en 2016. En este texto, se explica que “el cigarrillo electrónico se asemeja al
tradicional en su fisonomía aunque funciona mecánicamente y con distintas
sustancias. Está constituido por 3 elementos: una batería, un atomizador y un
cartucho”. Según trascendió, lo que provocó las quemaduras a Pettinato fue la
explosión de una de las baterías, un hecho que ya se registró en otros casos.
“El vapor que liberan estos dispositivos no es inocuo porque contiene nicotina
y otros químicos tóxicos y cancerígenos”, afirman el trabajo de la ANMAT. . De
este modo, su reemplazo por el cigarrillo industrial no es seguro dado que
“acarrea riesgos similares para la salud”.
En diciembre de 2016, a través de una Evaluación de
Tecnología Sanitaria, la ANMAT decidió reiterar la prohibición para importar,
distribuir y comercializar cigarrillos electrónicos y sus accesorios –lo que
incluye su publicidad, promoción y patrocinio-. Esta medida ya había sido
tomada por el organismo en mayo de 2011 por medio de la Disposición 3226/11. La
decisión fue ratificada en virtud de que las pruebas existentes son insuficientes
para afirmar que estos dispositivos ayudan a dejar el hábito de fumar. Además,
se ha establecido que sus efectos adversos a corto plazo son frecuentes y
moderados, pero pueden llegar a ser graves por intoxicación aguda y por daño
potencialmente severo a causa de la explosión de la batería. Por otra parte, el
color atractivo y sabor de los líquidos del cartucho, son una nueva fuente de
intoxicación inadvertida en niños que toman contacto con ellos (ver archivo
adjunto).
El último informe de la Organización Mundial de la Salud
(OMS) indica que el valor que liberan los cigarrillos electrónicos “no es tan
inocuo como sugiere, a pesar de que los fabricantes aseguran que son menos
perjudiciales que los tradicionales”. “Las consecuencias negativas se deben a
que dichos dispositivos contienen nicotina, propilenglicol, formaldehido, entre
otros químicos tóxicos y cancerígenos”, agrega la entidad internacional. No
obstante, todavía no hay evidencia suficiente sobre los efectos adversos que
“puedan tener a largo plazo, pero es probable que los efectos sean los mismos
asociados con el consumo de un cigarrillo común”.
“Dado que los cigarrillos electrónicos llevan relativamente
poco tiempo en el mercado, aún no hay pruebas que demuestren sus reales efectos
a mediano y largo plazo. Si bien lo que propone, entre otras cosas, es que el
fumador reemplace el tabaco para incorporar menos nicotina en su cuerpo, es muy
difícil determinar qué cantidad de nicotina exactamente consumirá. Esta
incertidumbre obliga a seguir muy de cerca y periódicamente las consecuencias
de su uso en las personas”, insistió la ANMAT. Por lo dicho, la agencia asegura
que “se puede concluir que este tipo de cigarrillo no debe ser considerado
inofensivo ni tampoco una alternativa para quienes deciden emprender el camino
hacia la cesación o reducción tabáquica”. “Como toda sustancia o dispositivo
empleado por el ser humano y aún no aprobado por falta de evidencias sobre su
efectividad y seguridad, constituye una herramienta peligrosa y por fuera del
tratamiento médico utilizado hasta el momento para dejar de fumar”, concluyó la
ANMAT.
Fuente: Mirada Profesional - Ver más sobre Tabaquismo