Si bien son varias las iniciativas en ambas Cámaras, la
senadora y presidenta de la Banca de la Mujer, Norma Durango (Frente de Todos),
tiene un criterio amplio para lograr "el acceso universal y gratuito a los
productos de gestión menstrual".
En el Congreso nacional varios proyectos esperan tratamiento
para garantizar el acceso igualitario a productos de gestión menstrual, aunque
solo Ushuaia los incluye en los bolsones de asistencia ante el coronavIrus y
organizaciones hacen campañas para colectarlos y donarlos en el contexto de
pandemia, se recordó en la víspera del Día Internacional de Acción por la Salud
de la Mujer.
La menstruación es la función fisiológica natural más
invisibilizada que aún está rodeada de mitos y desigualdades, por lo que
también se incorporó a nivel mundial el 28 de mayo como Día Internacional de la
Higiene Menstrual.
Este agregado surgió por iniciativa de WASH United,
organización internacional que trabaja, junto a ONU, por el acceso al agua
potable, el saneamiento y la higiene, incluida la menstrual, y es la impulsora
de una campaña global para terminar con el estigma de la menstruación.
En el mismo sentido se encuadran los proyectos de ley
presentados por la senadora y presidenta de la Banca de la Mujer, Norma Durango
(Frente de Todos).
Si bien son varias las iniciativas en ambas Cámaras del
Congreso, la legisladora, que presentó por segunda vez los proyectos en el
Senado el 13 de abril pasado, tiene un criterio amplio para lograr "el
acceso universal y gratuito a los productos de gestión menstrual".
La propuesta legislativa consideró productos de gestión
menstrual a las toallas higiénicas descartables y reutilizables, los tampones,
las esponjas marinas menstruales, los paños absorbentes lavables, la ropa
interior absorbente, las copas menstruales y a todo producto de contención que
sea considerado apto para su utilización durante la menstruación.
"Motiva este proyecto la necesidad de garantizar que un
simple hecho biológico, como la menstruación, no se convierta en una barrera
para alcanzar la igualdad entre los géneros", resaltó Durango.
Para contextualizar esta afirmación, los datos aportados por
la organización Economía Femini(s)ta, grafican el impacto económico que estos
insumos tienen en las mujeres, y sobre todo, en las que atraviesan situaciones
vulnerables.
Productos necesarios con precios altos
Las mujeres necesitan entre 2.930 y 3.780 pesos por año para
cubrir el costo de insumos de gestión menstrual, lo que constituye un factor de
desigualdad para este sector de la población, según estimaciones de la
organización a marzo de este año.
Además, Durango incorporó el ciclo menstrual como parte del
derecho humano a la salud en su propuesta parlamentaria.
"Existen determinadas personas y grupos sociales, que
debido a prejuicios y estereotipos de género y porque atraviesan situaciones de
vulnerabilidad social y económica, afrontan obstáculos en relación al goce y
ejercicio del derecho", destacó la senadora.
Tal el caso de muchas niñas, adolescentes y mujeres; de
niños y varones trans; de personas con discapacidad; refugiadas y migrantes; de
quienes viven en zonas suburbanas o rurales; de personas indígenas; personas
privadas de su libertad o alojadas en instituciones de salud mental, enumeró.
Estas personas "no cuentan con los recursos o, por sus
condiciones de vida, se ven imposibilitadas de acceder a los productos de
gestión menstrual", añadió.
En contexto de pandemia, según un relevamiento de Télam,
solo el municipio fueguino de Ushuaia los incluyó en los bolsones de asistencia
en la emergencia.
"De acuerdo a la conformación del grupo familiar
sumamos pañales y si hay mujeres, productos como toallitas femeninas y tampones
que sufrieron fuertes incrementos en sus precios", dijo a Télam Sabrina
Marcucci, secretaria de Políticas Sociales, Sanitarias y Derechos Humanos del
municipio.
En tanto, el movimiento Mujeres de la Matria Latinoamericana
(Mumalá) está realizando campañas y recolección de insumos de gestión menstrual
en Neuquén, Santa Fe, provincia de Buenos Aires y Salta que se entregarán en
comedores comunitarios, informaron dirigentes de la organización a Télam.
También Economía Femini(s)ta junto a la Garganta Poderosa
lleva adelante una campaña para colectar insumos menstruales para repartir en
los barrios populares.
En esos conglomerados se inició otra experiencia: la
producción de toallas femeninas reutilizables, a través del proyecto Ama tu
Luna, creado por la argentina residente en Italia, Jaquelina Barra. Ama tu Luna
está activa en Italia, Argentina, India y Kenia.
"Es un proyecto autogestivo, cooperativo. Nos donan o
compramos la tela que es de algodón, hipoalergénica. Las cosemos en grupos y,
en este momento, estamos haciendo algunas donaciones", contó a Télam,
Leticia Gurfinkiel, integrante del grupo del barrio Padre Mugica (ex villa 31)
de Retiro.
Las toallas reutilizables "cuidan la salud, no tienen
productos dañinos como las descartables, no dañan el medio ambiente y son
económica, porque duran años".
El proyecto se desarrolla en el Barrio 31, en la Cava de San
Isidro, en Rincón de Milberg en Tigre y en el Barrio Praderas en Campana, en la
provincia de Buenos Aires.
Los packs se venden a 1.000 pesos para pagar a quienes los
fabrican y sustentar la iniciativa.
"Muchas personas que usan copa menstrual eligen usar
las 'toallitelas' lavables para dormir y además combinan la copa con los
protectores diarios que hacemos", contó la dirigente social.
En el contexto internacional, en febrero de este año,
Escocia se convirtió en el primer país del mundo en distribuir de forma
gratuita productos de higiene menstrual por considerarlos de primera necesidad.
La Ley Escocesa de Productos Menstruales (provisión
gratuita), un proyecto de la laborista Monica Lennon, fue aprobada con 112
votos a favor y una sola abstención.
Los productos sanitarios en general pagan en el Reino Unido
un 5% de IVA, pero Escocia los venía subvencionando en escuelas, institutos y
universidades desde 2018.
Fuente: Télam - Ver más sobre Salud y Género