Un proyecto de ley que prohíbe la realización de cirugías
estéticas en personas menores de 18 años será presentado esta semana en la
Cámara de Diputados, una iniciativa que fue celebrada por especialistas que
consideraron que "a esa edad la identidad no está conformada" y que
hay que "debilitar los estereotipos impuestos por el mercado".
La autora de esta iniciativa, que será introducida formalmente
este jueves a las 18 por un panel de especialistas en el salón Delia Parodi del
Congreso, es la diputada kirchnerista Mara Brawer, docente y licenciada en
psicología.
"Una cirugía estética responde a la imposición de
patrones cultuales por parte del mercado y nosotros buscamos proteger a los
adolescentes de estas presiones que llevan a la no aceptación del propio cuerpo
en el momento en que la subjetividad se está constituyendo", explicó
Brawer a Télam.
"Paralelamente, hace falta trabajar en educación para
que los chicos aprendan a aceptar su propio cuerpo, el de los demás y la
diversidad, porque la no aceptación genera violencia, inseguridad y
frustración", agregó.
"También hay que trabajar sobre la autoestima, no puede
ser que un chico o chica se someta a operación por obesidad. Lo que hay que
hacer es trabajar sobre la dieta, indicarle que haga deportes: otras acciones
que preserven mejor su salud", explicó.
De la prohibición quedan exceptuadas en el proyecto de ley
las cirugías reparadoras y terapéuticas, así como las de cambio de sexo en el
caso de las personas con una identidad de género autopercibida que no coincida
con su sexo biológico y necesiten someterse a una intervención de reasignación
de sexo.
"Esta ley es para cirugías meramente estéticas que no
reparan nada ni desde los psicológico ni de lo físico; y tiene que ver con la
obligación del Estado preservar la salud que se ve afectada por el riesgo
físico que implica cada operación y el daño psicológico que implica que un
cuerpo que se está transformando, no sea aceptado", dijo.
Si bien no hay estadísticas que permitan determinar a
ciencia cierta cuántas de las personas que se someten a cirugías estéticas en
nuestro país son menores de 18 años, a nivel internacional se cree que en el 10
por ciento de las intervenciones los pacientes no superan ese umbral.
Por otro lado, los tipos de cirugías más frecuentes a las
que se someten los adolescentes son los implantes mamarios, las rinoplastías y
las liposucciones.
"Actualmente, con el consentimiento de los padres puede
hacerse la intervención. La ley de derecho de los pacientes tiene en cuenta los
derechos del niño, pero cuenta como cualquier otra operación", dijo.
La legisladora aseguró que hay mucha preocupación en los
padres que muchas veces no saben cómo actuar frente a "la angustia que les
produce a sus hijos adolescentes no tener un cuerpo ideal", y se ven
tentados a plegarse a modas, como la de regalar cirugías para los 15 años o las
graduaciones "cuando la mejor manera de recompensarlo es enseñarle a
aceptarse como es", concluyó.
Adriana Guraieb, integrante de la Asociación Psicoanalitica
Argentina (APA) e Internacional (API) adhirió a la propuesta de Brawer "no
sólo por las razones que expone la diputada, sino porque en el ámbito de lo
psicológico a esa edad todavía no se tiene una identidad conformada".
"Antes de los 18 años desde el punto de vista físico el
cuerpo no culminó aún su desarrollo, y desde el punto de vista psicológico es
un momento donde no se tiene una identidad conformada", explicó Guraieb a
Télam.
La especialista apuntó que a esa edad se busca
"agradar, pertenecer, igualarse al resto" y que "como vivimos en
la era de la imagen hay una confusión muy grande que hace creer que con
determinadas medidas físicas se tiene el éxito, la aceptación y hasta la
felicidad garantizados".
"No se trata de demonizar a los medios ni a los
cirujanos, pero sí hay que tener en cuenta el grado de autoestima que tiene esa
persona antes de entrar al quirófano", sostuvo y agregó que "una
operación ocasiona un trauma al cuerpo y además un trauma emocional, porque luego
de la cirugía muchas veces el espejo no devuelve esa imagen idealizada que
teníamos".
Guraieb recomendó a los padres que estén atravesando por
esas situaciones que consulten con un especialista para que "explique al
adolescente con quién se está comparando, con qué se identifica".
"Se trata de debilitar los estereotipos impuestos por
el mercado y de darse cuenta de que una persona no empieza y termina en el
envase que presenta; hay que dejar de hablar de lo que `hay que tener` para
empezar a hablar de lo que `hay que ser`", subrayó.
Fuente: Télam