La revista 'The Lancet' recoge un caso de lesión asociada al
uso de la aplicación. El caso está descrito por una doctora del Hospital
Universitario de Granada. Advierte de que puede tratarse de un problema 'emergente'
dado su uso extendido.
Nuevos tiempos, nuevas enfermedades. La explosión de 'smartphones',
tabletas y otros dispositivos electrónicos está teniendo su propio reflejo en
la Medicina. El último ejemplo lo publica la revista The Lancet esta semana
acuñando un nuevo término a tener en cuenta en las consultas: la WhatsAppitis.
El texto lo firma Inés Fernández-Guerrero, especialista del
Hospital General Universitario Virgen de las Nieves de Granada, que narra un
caso que tuvo que atender en las pasadas navidades.
Durante su turno, la doctora atendió a una compañera de
profesión de 34 años que llegó a las Urgencias del centro sanitario granadino
con un dolor repentino en ambas muñecas que le había aparecido al levantarse.
La médica, de 34 años y embarazada de 27 semanas,
manifestaba no haber sufrido ningún traumatismo en la zona ni haber llevado a
cabo una actividad física excesiva en los días previos.
Ante la imposibilidad de realizar una radiografía por el
estado de gestación de la paciente, Fernández-Guerrero realizó una exploración
física y concluyó que se trataba de una tendinitis del pulgar tras descartar
otros problemas.
La causa de la lesión la encontró Fernández-Guerrero al
repasar las rutinas de su paciente en los últimos días. La doctora había estado
de guardia durante la Nochebuena, así que al día siguiente empleó bastante
tiempo en responder a los mensajes de felicitación que había recibido en su
teléfono vía la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp.
Según recoge The Lancet, la paciente "sostuvo su móvil,
que pesaba unos 130 gramos, durante al menos seis horas. En ese tiempo, realizó
continuos movimientos con ambos pulgares para enviar mensajes".
Con esos datos, Fernández-Guerrero tuvo claro que la inflamación
detectada estaba directamente relacionada con el uso de la aplicación, así que
indicó a su paciente "abstinencia" total del móvil y un tratamiento
con antiinflamatorios que no pudo seguir por su embarazo.
A cambio, tomó paracetamol durante tres días cada ocho
horas, con lo que logró un "alivio parcial". Por otro lado, la
afectada no siguió a pies juntillas la recomendación médica, ya que en
Nochevieja volvió a intercambiar mensajes con sus allegados.
En sus conclusiones, Fernández-Guerrero subraya que la
"WhatsAppitis" podría ser "una enfermedad emergente" que
los médicos deberían tener en cuenta.
No es la primera vez que el sufijo '-itis', que significa
inflamación, se añade a un término tecnológico para designar una nueva
patología asociada a su uso. En 1990 se acuñó por primera vez la denominación
Nintendinitis, a la que siguió en la década de 2000 el término wiitis.
Fuente: Diario El Mundo