Son dos investigaciones realizadas en EE.UU. Una de ellas
incluyó estudios en Argentina. Ambas enfatizan la necesidad de que todas las
personas se testeen para saber si tienen el virus causante del sida. Si todos
los infectados se tratan, la epidemia estará controlada.
Dos importantes estudios enfatizan, como nunca antes, la
importancia de que todos se testeen para saber si tienen el VIH. Uno de ellos
demostró categóricamente que las personas infectadas, para prevenir no sólo el
desarrollo del sida, sino también la mayor frecuencia de otras enfermedades,
deben empezar tratamiento en cuanto conocen su diagnóstico, sin esperar a que
bajen las defensas. El segundo estudio, también concluyente, demostró que,
cuando las personas con VIH hacen tratamiento en forma consistente, la
posibilidad de que transmitan la infección a sus parejas tiende a cero. Quiere
decir que, si todos se tratan, la epidemia va a estar controlada: en la
Argentina, unas 33.000 personas desconocen que tienen VIH.
El primero de los dos estudios, llamado Start (Strategic
Timing of Anti Retroviral Treatment), fue financiado por los Institutos
Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) y sus resultados se publicaron en
julio pasado en The New England Journal of Medicine. Se trató de la
investigación más extensa sobre el tema, que abarcó 215 centros en 35 países
incluida la Argentina. Incluyó a 4685 personas con VIH, que nunca habían
recibido tratamiento y cuyos linfocitos CD4 (células inmunitarias que son
atacadas por el virus) estaban todavía en valores considerados normales. Con la
mitad de los participantes se esperó para iniciar tratamiento hasta que el
recuento de CD4 disminuyera, tal como admitían los consensos médicos, y con la
otra mitad se empezó tratamiento en forma inmediata. “Tenemos ahora pruebas
decisivas de que hay un importante beneficio para la salud de la persona con
VIH si se inicia la terapia antirretroviral en forma inmediata”, resumió
Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de
Estados Unidos (Niaid). De hecho, la finalización del estudio estaba prevista
para fines de 2016, pero, a la vista de los resultados, un comité independiente
recomendó darlo por terminado y ofrecer a todos los participantes tratamiento
inmediato.
El estudio estableció que el riesgo de enfermedades
importantes y muerte se reducía en un 53 por ciento entre los que habían
empezado tratamiento inmediato. Esto valía tanto para el sida como para
distintas enfermedades cardiovasculares, renales y cánceres. Según explicó
Marcelo Losso, jefe del Servicio de Inmunocomprometidos del Hospital Ramos
Mejía, “hoy sabemos que la infección por VIH no sólo predispone a enfermedades
infecciosas o tumorales relacionadas con el deterioro inmunológico, sino
también a otras patologías, como el infarto de miocardio o cánceres de colon,
mama y próstata: esto se debe a que, si no se recibe tratamiento, el virus
activa los mecanismos de inflamación del organismo, lo cual aumenta el riesgo
de distintas enfermedades”.
Losso, como director de Coordinación de Investigación
Clínica Académica en Latinoamérica (Cical), coordinó la investigación Start en
América latina: “Sus resultados se complementaron con los de otros estudios
donde se demostró que, una vez iniciado el tratamiento, los pacientes deben
continuarlo sin interrupciones, sin ‘vacaciones’, para lograr todos sus
beneficios –señaló–. Ya en varios países, como la Argentina y Estados Unidos,
las guías de tratamiento sugerían empezar lo antes posible, pero todavía no con
el actual nivel de evidencia científica, a la que tendrán que adecuarse todos
los países: hoy sabemos con certeza que es mejor empezar enseguida y podemos
planteárselo con total claridad al paciente, que es quien debe decidir”.
La segunda investigación dada a conocer recientemente
también fue auspiciada por los Institutos de Salud de Estados Unidos y mostró
que “el tratamiento antirretroviral es altamente efectivo para prevenir la
trasmisión sexual del VIH en parejas heterosexuales donde una persona está
infectada y la otra no”. Los resultados fueron anunciados en la 8ª Conferencia
de la Sociedad Internacional de Sida, en Vancouver. El estudio, que duró diez
años, abarcó 1763 parejas heterosexuales en distintos países, cada una de las
cuales incluía un integrante con infección por VIH y otro no infectado. Como es
habitual en este tipo de ensayos clínicos, por razones éticas los participantes
recibieron preservativos y aconsejamiento, de modo que la eventual trasmisión
de virus provino de inconsistencias en el cumplimiento de las pautas
preventivas. La mitad de los participantes infectados recibió desde el
principio tratamiento antiviral y el resto sólo cuando su sistema inmunitario
empezó a debilitarse.
Entre los que recibieron desde el principio tratamiento
antirretroviral –que hace disminuir drásticamente la presencia del virus en los
fluidos corporales–, sólo se registraron ocho casos de transmisión del virus al
partenaire; cuatro de ellos fueron diagnosticados poco después del comienzo del
tratamiento, lo cual sugiere que la trasmisión se produjo antes, y en los otros
cuatro los tratamientos no estaban dando resultado, de modo que el virus seguía
presente. En comparación, en los participantes que no estaban bajo tratamiento
se produjeron más de 40 transmisiones del virus a la pareja. “Por lo menos en
heterosexuales que mantienen la supresión del virus mediante tratamiento, el
riesgo para sus parejas es notablemente bajo”, resumió Anthony Fauci.
Pedro Cahn, ex presidente de la Sociedad Internacional de
Sida, comentó que “hoy se acepta universalmente lo que ya en 2006 planteó Julio
González Montaner (el argentino que dirige el Centro de Excelencia en VIH/sida
de British Columbia, Canadá): el tratamiento entendido también como prevención.
Onusida incorpora esto en su estrategia 909090: que, en el mundo, por lo menos
el 90 por ciento de las personas con VIH esté diagnosticado; que por lo menos
el 90 por ciento de los diagnosticados esté en tratamiento y que, de éstos, por
lo menos el 90 por ciento esté con virus indetectable en sangre: si para 2020
conseguimos esto, las nuevas infecciones disminuirán de tal modo que para 2030
habremos tomado el control de la epidemia y el VIH dejará de ser un problema
grave de salud pública”.
Fuente: Diario Página 12 - Ver más sobre VIH