Un estudio detectó que tomar más de 5 vasos por semana
aumenta el riesgo de desarrollar síndrome metabólico.
Con la edad la grasa se acumula fácilmente en la zona del
abdomen. La dieta y la falta de ejercicio es el principal factor. Ahora un
estudio constató que lo que tomamos, incluso si es un jugo o una bebida light,
juega un papel clave.
La investigación forma parte del estudio PREDIMED
(Prevención con Dieta Mediterránea) y contó con la participación de la
Universidad Rovira i Virgili, concluyó que beber más de cinco vasos por semana
de bebidas azucaradas o edulcoradas, incluidas las light y los jugos de fruta,
puede aumentar la obesidad abdominal, la hipertensión arterial, los niveles de
triglicéridos en sangre, y reducir el colesterol bueno.
Los resultados, publicados en Journal of Medicine, indican
que quienes consumen más de cinco vasos por semana de estas bebidas presentan
entre un 14% y 74% más riesgo de desarrollar síndrome metabólico que aquellos
que toman menos de un vaso. Además, en el caso de las azucaradas, su consumo
frecuente incrementa un 9% el riesgo de tener hipertensión y también de
presentar niveles bajos de colesterol bueno.
En este trabajo se analizaron los datos de 1.868
participantes de entre 55 y 80 años sin síndrome metabólico al inicio del
estudio, pero con un alto riesgo cardiovascular. Los resultados refuerzan la
hipótesis de que las bebidas azucaradas o edulcoradas y los jugos de fruta
deben estar en la cúpula de la pirámide nutricional y que hay que disminuir el
consumo.
Con los datos de este estudio se puede afirmar la
importancia de seguir un patrón de consumo de alimentos y de bebidas más
próximos a la dieta mediterránea para evitar la enfermedad. Mientras que beber
una cantidad suficiente de agua (y vino tinto con moderación) son hábitos
propios de los países mediterráneos, las bebidas azucaradas o edulcoradas, no.
El síndrome metabólico es un conjunto de factores de riesgo,
como la obesidad abdominal, la hipertensión arterial, los niveles bajos de
colesterol HDL en sangre y los elevados niveles de triglicéridos y de glucosa.
Se calcula que una cuarta parte de los adultos en países desarrollados lo
sufre.
La gran pista para determinar quién lo padece la proporciona
la obesidad central, que se mide con la circunferencia de la cintura. El tejido
graso que se acumula alrededor del abdomen es más peligroso por su riesgo
cardiovascular. Esta obesidad central, o en forma de manzana, afecta más a los
hombres. Según el National Cholesterol Education Program no deberían superar
los 102 cm de perímetro de cintura. Las mujeres, los 88 cm.
El síndrome metabólico es uno de los mayores problemas de
sanidad pública. La Federación Internacional de Diabetes cree que este conjunto
de factores está impulsando las epidemias paralelas mundiales de diabetes tipo
2 y enfermedades cardiovasculares.
Las personas con síndrome metabólico tienen un riesgo tres
veces mayor de sufrir un infarto de miocardio o un derrame cerebral y un riesgo
dos veces mayor de morir a causa estas causas, en comparación con las que no lo
padecen.
Fuente: La Vanguardia - Ver más sobre Obesidad