La Leucemia Linfocítica Crónica es uno de los tipos más
comunes entre adultos. Cuáles son los nuevos tratamientos que se presentaron en
un congreso especializado en San Pablo, que reunió a los más prestigiosos
oncohematólogos de habla hispana.
Se estima que para el año 2030, el cáncer será la principal
causa de muerte en el mundo. Los expertos que vaticinan el peor escenario
calculan que el 40% de la población estará en riesgo de desarrollar alguno de
sus tipos. Entre ellos se encuentra el cáncer de sangre, que abarca tumores que
afectan el torrente sanguíneo, la médula ósea y el sistema linfático. Hay tres
modalidades de este padecimiento: linfoma, leucemia y mieloma. Asimismo, hay
cuatro tipos principales de leucemia, que se nombran de acuerdo al tipo de
célula sanguínea en la cual se desarrolla el cáncer y la rapidez con la que
avanza.
Uno de ellos es la Leucemia Linfocítica Crónica (LLC), uno
de los más comunes entre adultos, aunque prevalece en países de ascendencia
mediterránea, como la Argentina. En el país, según datos de la Sociedad
Argentina de Hematología, 5 cada 100 mil habitantes son diagnosticados con LLC
cada año. Es dos veces más común en los hombres que en las mujeres. Su
tratamiento es especialmente complicado, ya que la edad promedio de los
pacientes es de 72 años, y la quimioterapia puede llegar a ser peligrosa en
extremo. Sin embargo, nuevos tratamientos renovaron la esperanza.
El 23 y el 24 de septiembre se realizó en la ciudad de San
Pablo, Brasil, el 2° Encuentro Iberoamericano sobre Leucemia Linfocítica
Crónica (IBAM), por sus siglas en inglés). Durante sus jornadas, se reunieron
los más prestigiosos especialistas en oncohematología de la región para
compartir algunos de los mayores avances y las grandes novedades en el estudio
de esta enfermedad. El principal objetivo fue fortalecer la investigación
clínica básica sobre esta enfermedad en América Latina.
"No se sabe exactamente por qué se desarrolla. No hay
una relación inherente de un factor que desencadene la Leucemia Linfocítica
Crónica. Se sabe que muchas veces está precedido por un período que se llama
una linfocitosis monoclonal. No hay razones de peso para pensar que una
enfermedad infecciosa la determine. Creo que impacta más la carga
genética", opinó en diálogo con Infobae el doctor Raúl Gabus, de la
Sociedad de Hematología del Uruguay, en el marco del encuentro.
Observó también que "la epidemiología de LLC en el
continente americano es completamente heterogénea. Debido a nuestra población
predominante caucásica de Uruguay, Argentina y el sur de Brasil, tenemos la
misma incidencia que en Europa y que en Estados Unidos. Esto no ocurre en
muchos otros países de América Latina. Es por eso que en esta parte del
continente es donde más se ha desarrollado el estudio y el tratamiento de los
pacientes de LLC".
Qué es la Leucemia Linfocítica Crónica
La LLC es un cáncer de la médula ósea y de la sangre que
avanza lento. Cuando se presenta este tipo de leucemia, el cuerpo produce
demasiados glóbulos blancos llamados linfocitos inmaduros que no funcionan de
manera apropiada, es decir, que se convierten en cancerosos y se multiplican de
manera anormal. Con el paso del tiempo, estos linfocitos anormales se acumulan
en el sistema linfático -una red de tejidos y órganos cuya función principal es
transportar glóbulos blancos que combaten infecciones-, lo que puede ocasionar
nódulos linfáticos de gran tamaño y un mayor riesgo de contraer infecciones.
Esto empeora por el hecho de que la proteína BCL-2 bloquea
la muerte celular programada de las células -un proceso llamado apoptosis
necesario en el organismo humano-, incluyendo algunas cancerosas. Además, los
linfocitos anormales también debilitan la capacidad de la médula ósea para
producir los otros tipos principales de células sanguíneas: los glóbulos rojos
y las plaquetas.
El doctor Ricardo Pasquini, profesor de la Universidad
Federal de Paraná en Curitiba, Brasil, explicó que "la LLC es un tema de
gran relevancia pero que se discute poco. No se divulga ni se da a conocer por
sus características biológicas únicas, aunque es una enfermedad frecuente y que
puede representar altos costos para países latinoamericanos con problemas
económicos".
Los síntomas de la Leucemia Linfocítica Crónica son tan
aparentemente inocuos que muchas veces el diagnóstico se realiza de forma
tardía, ya que los pacientes no acuden al médico de manera inmediata. Los
principales son la anemia producida por el bajo nivel de glóbulos rojos, la
propensión de infecciones debido a la escasez de glóbulos blancos que funcionen
adecuadamente, y hematomas producidos por la falta de plaquetas. Los individuos
con LLC poseen sistemas inmunes débiles, por un lado debido a la enfermedad, y
por otro a los tratamientos agresivos a los que son sometidos. Hay un gran
impacto en la calidad de vida de las personas y viene acompañada de frustración
y estrés por los síntomas, efectos del tratamiento, y el impacto emocional y
económico que conlleva.
"Los nuevos medicamentos tienen un costo muy alto, y
esto es un problema social que hay que cambiar", aseguró Carlos Chiattone,
director del encuentro y coordinador del Centro de Linfoma del Hospital
Samaritano de San Pablo. "Se requiere que los médicos de toda la región se
unan para buscar soluciones, intercambiar información y trabajar juntos con el
fin de resolver este problema".
Los tratamientos tradicionales
El tratamiento en cáncer de sangre depende de muchos
factores. Entre los más comunes se encuentran la espera en observación, la
quimioterapia, la inmunoterapia, la terapia dirigida y el trasplante de médula
ósea. En el caso de la Leucemia Linfocítica Crónica, es importante evaluar las
opciones, ya que iniciar determinados tratamientos puede terminar afectando más
la calidad de vida del paciente.
Las modalidades de tratamiento dependen de la etapa de la
enfermedad, los signos y síntomas, los recuentos de glóbulos rojos, blancos y
plaquetas, si el hígado, bazo o nódulos linfáticos sons mayores a lo normal, y
la respuesta al tratamiento inicial, entre otros factores. Las personas que
padecen LLC en sus etapas tempranas se monitorean e incluso en general no
reciben tratamiento hasta que aparezcan los síntomas o hasta que sufran algún
cambio. En los casos en los que sí es necesario actuar, las opciones más
comunes incluyen terapia de radiación, quimioterapia, trasplante de células
madre y terapia dirigida.
Nuevos avances
El tratamiento para luchar contra la LLC es especialmente
desafiante, ya que los pacientes pueden llegar a sufrir una recaída o volverse
resistentes al tratamiento. Además, hay pacientes que pueden tener mutaciones
genéticas o anomalías cromosómicas para los que estas modalidades no son
eficaces. Es por eso que los nuevos avances en la materia son revolucionarios:
no solamente mejorarán la calidad de vida de los pacientes, sino que también la
podrían salvar.
Científicos de todo el mundo lograron materializar flamantes
tratamientos que poseen menos efectos colaterales y que se adecúan a cada caso.
Incluso algunos son complementarios. El primero y más conocido es el de la
inmunoterapia, que consiste en fortalecer el sistema inmune de un paciente al
mejorar su capacidad para reconocer un tumor en el organismo, que es lo que
falla cuando surge el cáncer. Incluye menos efectos colaterales
El segundo es el de la apoptosis. Cuando una persona contrae
LLC, las células que deben morirse naturalmente dejan de hacerlo. En este grupo
se incluyen las células cancerígenas, que no se mueren y continúan
propagándose. Con un nuevo tratamiento, se busca restaurar esta muerte celular
programada, un proceso esencial que elimina del cuerpo humano las células
dañadas, innecesarias y dañadas. "En este caso es importante aumentar la
dosis de forma gradual porque se destruye una gran cantidad de células",
afirmó el doctor Chiattone.
Fernando Bezares, jefe de hematología del Hospital General
de Agudos de Dr. Teodoro Alvarez de Buenos Aires, describió en diálogo con
Infobae que "una célula dañada y que puede provocar una transformación
maligna, persiste, sobrevive y disminuye su capacidad de ir hacia la muerte
celular programada, y eso condiciona la propagación y el crecimiento de la
enfermedad. Muchos de los fármacos nuevos actúan sobre los pacientes que tienen
alteraciones específicas de una manera muy efectiva".
El tercero busca reparar el ADN para abordar la apoptosis y
división celular. El cuarto, sin embargo, es el que tiene más entusiasmada a la
comunidad médica. Se trata de la aplicación de conjugados de fármaco-anticuerpo
(ADC), que son anticuerpos monoclonales unidos a un fármaco citotóxico, para la
identificación de las células cancerígenas para atacarlas directamente con
toxinas potentes."Éste es un gran avance. Es un mundo de absoluta novedad,
y nunca pensé llegar a ser testigo de este logro", aseguró Chiattone.
Sin embargo, explicó que los desafíos para la medicina y
para los gobiernos es tratar de encontrar una forma de abaratar estos
tratamientos para que sean accesibles para todos -dijo no saber los precios de
estos medicamentos todavía pero algunos parecidos de uso continuo como el
Ibrutinib tienen un costo de USD 120 mil al año. Explicó que esto se va a
lograr mediante la competencia, la disminución de los costos y un pronóstico
más temprano y una utilización inteligente de los tratamientos: "Cuanto
antes se sepa que el paciente tiene LLC, el gasto disminuye", manifestó.
Chiattone advirtió también que "es importante saber que
estos tratamientos no sirven para todos los pacientes". Esas terapias son
ideales para los pacientes que poseen mutaciones genéticas o anomalías
cromosómicas, que se detectan en un 80% de los individuos con LLC, como la
supresión 17p o la 13q. Los pacientes con supresión 17p suelen tener un mal
pronóstico: con los tratamientos anteriores, el promedio de supervivencia es de
menos de 2 o 3 años. Pero con los más recientes, es como si esa alteración no
existiera, por lo que la expectativa y calidad de vida aumentan de manera
exponencial.
Fuente: Diario Infobae