El consumo de tabaco en la Argentina
Un obstáculo podría ser el bajo conocimiento de la disponibilidad
de esas prestaciones. De acuerdo con los resultados de una nueva encuesta de
Poliarquía Consultores y Prosanity, apenas el 21% de los fumadores considera
que "es fácil" encontrar servicios médicos que los orienten en el
intento de cesación, para el 36% "es difícil" y el resto (43%)
directamente no sabe o no contesta.
"Que los argentinos decidan dejar de fumar sin recurrir
a profesionales no significa que estos no les hayan dado el consejo de hacerlo
-afirman los autores de la encuesta-. Según indican los datos recogidos, la
mitad de los que emprendieron ese camino recibieron la sugerencia de abandonar
el tabaco, una indicación que crece claramente de acuerdo con la edad de la
población."
De hecho, casi dos tercios de los mayores de 50 dijo que un
profesional le había indicado dejar el cigarrillo, comparado con apenas un
tercio de los menores de 30 años. Esto podría atribuirse "al efecto del
paso del tiempo o la minimización de los riesgos del hábito tabáquico en los
jóvenes", de acuerdo con el equipo a cargo de este trabajo, que es parte
de un Programa de Estudios de Salud, que monitorea mensualmente una muestra de
2270 personas representativa de la población nacional mayor de 18 años.
Los resultados indican también que el 58% de los fumadores
intentó abandonar la adicción "alguna vez", comparado con el 35% que
nunca se lo propuso. Y a mayor edad, más intentos: el 65% de los mayores de 65
dijo que había intentado abandonar el cigarrillo, comparado con el 52% entre
los 18 y 29 años.
Entre casi el 80% de los que se propusieron dejar de fumar,
sólo un 3% usó algún tipo de medicamento durante el proceso, mientras que un 6%
recurrió a parches o chicles de nicotina.
"Los argentinos dejan de fumar sostenidos en su propio
esfuerzo y convencimiento: pasan de etapas contemplativas a la acción de dejar
el hábito tabáquico con el esfuerzo personal que sucede independientemente del
sistema sanitario. Esto lo confirma una cifra contundente -afirman los autores-:
9 de cada 10 argentinos que lograron el objetivo no recurrieron a la medicina
ni a las ayudar farmacológicas que morigeran el síndrome de abstinencia que se
produce al abandonar el consumo de tabaco.
Daniel Lew, consultor del área de Salud de Poliarquía
Consultores, señaló que "pocas personas ven en el sistema de salud un
aliado" para para abandonar el tabaquismo, "por lo que los actores
públicos, de la seguridad social y del sector público debieran reforzar sus
acciones preventivas en ésta área".
Adicción, no hábito
César Di Giano, que preside la Unión Antitabáquica Argentina
(UATA), recordó que la Organización Mundial de la Salud sugiere desde hace unas
tres décadas hablar de adicción y no de hábito al referirse al tabaquismo.
"En 1988, el Ministerio de Salud de los Estados Unidos
clasificó a la nicotina como una sustancia adictiva -amplía el Programa
Nacional de Control del Tabaco del Ministerio de Salud de la Nación-. Los
cigarrillos son sumamente eficientes para suministrar nicotina. Cada vez que
inhala, el fumador promedio consume entre 1 y 2 mg de nicotina por cigarrillo.
La nicotina llega al cerebro en unos 10 segundos, lo que contribuye a su gran
poder de adicción. El cigarrillo y otros derivados del tabaco generan
dependencia por un mecanismo similar al de la adicción a drogas como la cocaína
y la heroína."
Di Giano señaló que hay un alto porcentaje de fumadores que
abandona el tabaco por sí solos y sin usar medicamentos. Aunque aclaró sobre
los resultados de la encuesta que analizó a pedido de LA NACION que, como
ocurre con otros relevamientos disponibles, aún se desconoce el nivel de
recaídas por edades durante ese proceso.
De ahí que, como sostuvo, se recomiende que la atención
siempre esté a cargo de un equipo interdisciplinario (en el sitio
http://www.msal.gob.ar/tabaco o por la línea gratuita 0800-999-3040 del
Ministerio de Salud nacional se pueden consultar los servicios de cesación
disponibles en el país, además de manuales para acompañar ese proceso).
El titular de la UATA también enfatizó que "no todos
los centros asistenciales cuentan con las herramientas necesarias para llevar
adelante un tratamiento de cesación, como tampoco un tratamiento de adicciones
en general, y mucho menos con la medicación adecuada".
Por eso, Di Giano insistió el acompañamiento profesional del
tratamiento: "El paciente no viene a dejar de fumar, sino que viene a
aprender a vivir sin fumar, un concepto muy distinto y en el que hay que
ensayar técnicas, tomar conciencia de la enfermedad adictiva, visualizar las
situaciones de riesgo y, finalmente, incorporarlo nuevamente en la sociedad con
una correcta reinserción social", finalizó.
Inicio temprano
En la encuesta también surgió que fuma uno de cada cuatro
mayores de 18, edad en la que ya habían empezado a consumir tabaco dos tercios
de los fumadores y el 55% de los exfumadores. "Lamentablemente -dijo Lew-,
aún un cuarto de la población sigue siendo fumadora activa, a pesar de la
sostenida caída en la cantidad de fumadores observada en los últimos 13 años."
Según informa el Programa Nacional de Control del Tabaco, el
deseo de fumar en el 10% de los adolescentes más susceptibles aparecen dos días
después de fumar el primer cigarrillo. "La mitad de los chicos que prueba
un cigarrillo se convertirá en adicto a la nicotina", se afirma.
Lew, que es director del posgrado en Medicina Familiar y
Comunitaria del Hospital Universitario Austral, explicó que comenzar a fumar en
edades tempranas "genera una situación de atrapamiento adictivo que
resulta en mayores niveles de persistencia del consumo, lo que requiere
intervenciones de política pública más intensivas sobre los menores de 18
años".
En la encuesta, el 63% de los menores de 30 dijo fumar menos
de 10 cigarrillos por día, comparado con el 45% de los mayores de 50 años. Pero
al indagar cuántos fumaban entre 10 y 20 cigarrillos diarios, el resultado se
invirtió al 35% de los mayores de 50 y el 18% del grupo de entre 18 y 29 años.
Pero el mayor consumo de más de 20 cigarrillos por día es entre los 30 y 49
años (19%), comparado con los más jóvenes y los mayores.
Lew recordó que el tabaquismo sigue siendo la principal
causa de muerte evitable en el mundo, principalmente enfermedad cardiovascular
arterioesclerótica, cáncer de pulmón y enfermedad pulmonar obstructiva crónica
o EPOC.
"Las estrategias que estén orientadas a evitar el
consumo de tabaco particularmente en jóvenes, tienen altos rendimientos en
términos de salud individual y colectiva. Las estrategias de abandono sobre
aquellos que ya son fumadores también tiene altos impactos en salud
individual", sostuvo el profesional, que también integra el Servicio de
Medicina Familiar del Cemic.
Tres formas de dependencia
El consumo de tabaco, de acuerdo con las autoridades
sanitarias, genera tres formas de dependencia:
Física: la provoca directamente la nicotina, responsable del
síndrome de abstinencia.
Psicológica: fumar es una "compañía" en distintas
situaciones.
Social: sigue siendo un acto social, ya que se fuma en
grupos, en reuniones con amigos y, entre los adolescentes, el significado es
ser un acto de rebeldía y/o madurez.
Fuente: Diario La Nación - Ver más sobre Tabaquismo