En el último reporte llamado "El futuro de la alimentación
y la agricultura: tendencias y desafíos, publicado por la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)", se estima
que en 2050 la agricultura tendrá que producir casi un 50 por ciento más de
alimentos de los que producía en 2012 para cubrir la demanda mundial.
Y es que para la mitad del Siglo XXI, el planeta Tierra será
habitado por 10 mil millones de personas que necesitarán alimentos para
sobrevivir.
Para ello, es clave el crecimiento de la productividad
agrícola mundial, algo que no se está acelerando lo suficientemente rápido como
para alimentar de manera sostenible al mundo para 2050, según el octavo Reporte
anual de Productividad Agrícola GAP (por sus siglas en inglés) del Global
Harvest Initiative (GHI).
Frente a este panorama, la Argentina, que tiene capacidad
para alimentar a 400 millones de personas y está habitada por tan sólo 45
millones, tendrá un misión importante en el planeta y una oportunidad única
para ser uno de los países que más se destaquen en esta nueva meta mundial.
Con este fin, el Gobierno nacional presentó ayer los
lineamientos para las políticas sobre aplicaciones de fitosanitarios, mediante
la exposición de cuatro Ministerios que trabajaron en forma coordinada en los
últimos 3 meses para elaborar un documento final.
En una conferencia de prensa, los ministros de
Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere; Ambiente y Desarrollo Sustentable,
Sergio Bergman; de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao y
de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein, presentaron las conclusiones del
grupo de trabajo sobre Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y aplicaciones
fitosanitarias.
El informe final propone 12 principios para ordenar las
políticas públicas nacionales sobre aplicaciones de fitosanitarios,
especialmente en zonas de amortiguamiento. Estos principios ofrecen una guía
para que las políticas públicas atiendan debidamente el cuidado de la salud,
del ambiente y de la producción agrícola, sobre la base de instituciones
eficientes y eficaces, apoyadas en el conocimiento científico- tecnológico.
También se presentan 23 recomendaciones para mejorar las
políticas públicas, orientadas al fortalecimiento de la articulación
institucional, del monitoreo ambiental, de los procedimientos para prevenir
efectos no deseados en la salud y el ambiente, de la capacitación, de la
comunicación pública, del fomento a las buenas prácticas y de la autogestión
del sector privado.
El ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere,
señaló que "las conclusiones demuestran el fuerte compromiso del gobierno
nacional por continuar fortaleciendo las políticas e instituciones
agropecuarias nacionales para la buena gestión de los fitosanitarios, basadas
en las BPA y la sinergia entre los diferentes equipos del gobierno, en los que
todos los involucrados nos sentamos en una mesa y acordamos aquellos principios
fundamentales que deben regir para la producción sostenible".
En tanto, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación
Productiva, Lino Barañao manifestó a Infobae su "satisfacción de sacar
este estudio adelante", pendiente desde hace muchos años.
"La humanidad es tan dependiente de lo fitosanitario
para su alimentación como de los antibióticos para su salud. El mundo va camino
a que la mayorÍa de los productos fitosanitarios no provengan de agroquímicos,
sino de biológicos y naturales. Esto es lo que hoy pide más el consumidor. Esto
implica una mayor investigación científica volcada al campo. Por ello es
necesaria una planificación sostenible de la agricultura en estos
tiempos", remarcó el ministro Barañao.
Además, remarcó la importancia del rol del Estado no sólo en
la formulación de políticas públicas adecuadas sino por su función de monitoreo
y control. "Argentina es muy dependiente de la agricultura para el buen
desenvolvimiento de su economía, así que el desarrollo de estas capacidades es
fundamental para el desarrollo sostenible de la agricultura", afirmó al
finalizar.
"Fueron meses de trabajo y recopilación",
puntualizó el ministro Bergman en el encuentro. "La OCDE y la Agenda 2030
nos obligan a no mirar para otro lado. Tenemos que asumir estos debates de
manera proactiva. Tenemos la obligación de llevar las buenas prácticas para que
todos manejemos el mínimo denominador común. Para eso contamos con productores,
sociedad civil y academia", agregó y también aseguró: "Respetamos el
federalismo y la división de poderes. Ahora el Legislativo va a continuar el
trabajo en el marco de las comisiones que correspondan".
Rubinstein, por su parte, celebró esta iniciativa
interministerial y dijo que "desde Salud apoyaremos con compromiso
técnico, principalmente desde la vigilancia epidemiológica en todas las
instancias que requiera este proceso".
"Es una marca de este gobierno no rehuir a los temas.
Con la salud es donde más estrictos hay que ser. Estando cerca de nuestros
conciudadanos. Entendiendo su preocupación de manera responsable y teniendo en
cuanta que cada vez hay mas avances en materia científica y de salud",
dijo el ministro de la cartera sanitaria.
Implementación de una ley nacional
Dentro de las iniciativas planteadas impulsan un proyecto de
Ley a nivel nacional sobre aplicación de fitosanitarios, complementario a la
regulación sobre registro de productos y a la Ley sobre envases vacíos de
fitosanitarios.
Otra de las propuestas es la creación y puesta en marcha de
una Plataforma de Buenas Prácticas Agrícolas con el fin de coordinar la
ejecución de los programas de aplicación de fitosanitarios públicos y privados,
a nivel nacional como provincial con protocolos oficiales, indicadores y
sistemas de monitoreo.
Dentro de las reflexiones finales, el grupo de trabajo
destaca la importancia de realizar indicadores para el monitoreo de la adopción
de las BPA, así como del impacto ambiental, la salud humana y animal, con redes
de control de las mismas en todo el territorio nacional, involucrando las
comunidades locales. Además, se busca fortalecer la vigilancia epidemiológica
de la exposición a fitosanitarios, con actualización de la información y
permitiendo fortalecer el sistema de control.
Al respecto, se promueve establecer un marco regulatorio que
permita a diferentes grupos asociativos de la actividad agropecuaria asumir las
responsabilidades correspondientes en implementación, control entre privados y
difusión de las buenas prácticas, de manera complementaria a las competencias
de las autoridades públicas.
Con el fin de promover el fortalecimiento de las BPA, se
recomienda impulsarlas en la currícula de las carreras agronómicas y afines, y
el reconocimiento de las figuras de los profesionales idóneos en la agricultura
sostenible.
Del trabajo también participaron miembros del Consejo
Federal de Medio Ambiente (Cofema), del Consejo Federal Agropecuario (CFA), del
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del Servicio Nacional de
Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Fuente: Diario Infobae - Ver más sobre ODS