Surge de una encuesta privada. Los expertos advierten sobre
los riesgos de esa creencia.
Uno de cada cuatro. Esa es la proporción de argentinos que
creen que inmuniza mejor contraer una enfermedad que vacunarse contra esa misma
enfermedad. El dato se desprende de una encuesta que llevaron a cabo la
Fundación UADE y la consultora Voices! entre mil personas de todo el país.
Según esos resultados, el 24% de los entrevistados aseguró
que se desarrolla mayor inmunidad a una enfermedad al padecerla que al
aplicarse una vacuna: fue, según los autores del estudio, la creencia contra el
conocimiento científico que mayor apoyo obtuvo.
El estudio se publica apenas días después de que muriera una
mujer por sarampión, algo que no ocurría en Argentina desde 1998. Desde el
Ministerio de Salud destacaron que, por tener doble trasplante renal, la
paciente estaba inmunosuprimida y su salud era "vulnerable".
"Cuando se escucha decir que es mejor la enfermedad de
la vacuna a la hora de inmunizar hay que pensar que esa enfermedad puede traer
complicaciones graves. Suele pensarse, por ejemplo en el caso del sarampión,
que hablamos sólo de una erupción. Pero hay pacientes de riesgo, como chicos
menores de un año o personas inmunodeprimidas, que pueden desarrollar una
neumonía o complicaciones neurológicas. Si uno piensa que con un pequeño
pinchazo se ahorra todo eso no hay nada que dudar", señala Ángela Gentile,
médica infectóloga y jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de
Niños “Ricardo Gutiérrez”.
Las vacunas como controversia
Ricardo Teijeiro, miembro de la Sociedad Argentina de
Infectología (SADI) y médico infectólogo del Hospital Pirovano, también
advierte: "Cuando se aplica el anticuerpo para una enfermedad a través de
una vacuna con el virus atenuado generalmente es una magnitud adecuada para
protegerte el resto de tu vida. En cambio cuando el virus entra de manera
salvaje porque te enfermás corrés riesgos: puede haber complicaciones que
incluso pueden llevar a la muerte".
Según el especialista, "las inmunizaciones de
enfermarse y vacunarse son eficaces, pero enfermarse puede implicarse secuelas
muy importantes".
La misma encuesta demostró que casi cuatro de cada diez
argentinos -el 37%- aseguran contar con poca o ninguna información sobre el
calendario de vacunación.
Dentro de ese universo, los menores de 30 años dicen tener
menos información que los que superan esa edad, quienes tienen un nivel
socioeconómico más bajo también padecen mayor desinformación, y los varones que
se identifican con ese poco o nulo conocimiento duplican a las mujeres que
responden lo mismo. Esto último se vincula a que las tareas de cuidado -por
ejemplo, llevar a hijas e hijos al médico- recaen mucho más frecuentemente
sobre las mujeres que sobre los varones. Según una encuesta de uso del tiempo
que el Indec hizo en 2013, las mujeres dedican tres veces más de tiempo que los
varones a realizar estas tareas no remuneradas.
Información sobre las vacunas
"El hecho de que el 37% de la población sienta que
tiene poca o ninguna información sobre el calendario de vacunación es un
desafío y un compromiso para los equipos de salud, para las autoridades
sanitarias, para los comunicadores y para los docentes. Es fundamental que la
comunidad sepa cuáles son los beneficios de vacunarse y se empodere respecto de
este derecho para poder ejercitarlo", sostiene Gentile.
"Hay que profundizar las campañas que se elaboran desde
el Ministerio de Salud y los médicos también tenemos que estar atentos a
informar sobre el calendario de vacunación sin esperar a que el paciente pregunte.
La escuela debe funcionar como un lugar de auditoría respecto de si los chicos
están vacunados o no. Los beneficios de la vacunación no son sólo individuales
sino que se trata de un bien social: nos protegemos y, al no dejar que el virus
circule, protegemos a los demás", afirma Teijeiro.
A pesar de que el 24% de la población cree que la
inmunización es más eficaz al enfermarse que al vacunarse, el 99% de los
argentinos sostuvo que desea que sus hijos cuenten con todas las vacunas del
calendario obligatorio, y el 98% de los encuestados con hijos respondieron que
cumplían con esas fechas estipuladas por las autoridades sanitarias. Aún así,
el 39% destacó que vacunarse puede desplegar efectos secundarios graves.
Los médicos ocuparon el lugar de mayor confianza para
transmitir información sobre el calendario de vacunación -87% de los
encuestados los valoraron positivamente-. Las autoridades sanitarias fueron
destacadas como confiables por el 76% de los consultados. Los medios de
comunicación quedaron en medio de la grieta: el 48% dice confiar mucho en la
información que transmiten sobre estos temas, pero el 52% destacó que confía
poco o nada.
Confianza en instituciones referentes a las vacunas
Tanto para Gentile como para Teijeiro es clave el rol de los
medios a la hora difundir información sobre la importancia de vacunarse y los
momentos adecuados para hacerlo. En el caso del sarampión, por ejemplo, debe
aplicarse una dosis al cumplir un año y otra al momento del ingreso escolar. En
caso de bebés o chicos que vivan en la Ciudad o el Gran Buenos Aires, donde se
registra un brote desde 2018, deben darse dos dosis de refuerzo: una entre los
seis y los once meses, y otra entre el año y los cinco.
Fuente: Diario Clarín - Ver más sobre Vacunación