El paciente fue un hombre de 49 años que tenía una grave enfermedad
hepática y no contaba con cobertura médica. La operación duró siete horas y fue
la primera desde que se decretó la cuarentena. "A pesar de los temores,
todos cumplimos con nuestro deber y estamos muy felices por eso", dijo el
cirujano Diego Fernández.
Desde el avance de la pandemia global por el coronavirus en
Argentina y tras las restricciones anunciadas por el gobierno nacional, las
instituciones médicas públicas y privadas extremaron las medidas de prevención
en sus establecimientos y solo quedaron habilitadas las cirugías de urgencia u
oncológicas para priorizar el tratamiento de los pacientes en estudio o que
contrajeron el virus Covid-19.
En este contexto, la donación de órganos se vio frenada “por
completo” y no se había realizado ningún trasplante en todo el país hasta este
miércoles cuando en Mar del Plata un paciente de 49 años con una enfermedad
irreversible hepática, que no contaba con cobertura médica, recibió el primer
trasplante de órganos en pleno aislamiento social, preventivo y obligatorio.
La operación estuvo a cargo del Equipo de Trasplante
Hepático de la Fundación Mar del Plata Trasplante, de la Clínica Pueyrredon, en
conjunto con personal del Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA).
Según contó Diego Fernández -presidente de la Fundación Mar
del Plata Trasplante- a LA CAPITAL, la operación “salió muy bien, tal como lo
esperábamos”. Y agregó que el paciente receptor “está muy bien y con el hígado
funcionando a la perfección“.
El operativo
Ante la generación de un potencial donante en el Hospital
Interzonal y tras la correspondiente asignación del Centro Único Coordinador de
Ablación e Implante de la Provincia de Buenos Aires (Cucaiba), un subgrupo de
cirujanos de la Fundación Mar del Plata Trasplante se trasladó el 31 de marzo al
nosocomio para realizar la extracción del órgano junto a profesionales del HIGA
para luego llevarlo a la Clínica Pueyrredon.
Finalmente, el resto del equipo a cargo de Fernández
implantó el 1 de abril en la institución privada el hígado a un paciente de 49
años sin cobertura médica, pero subsidiado por Cucaiba y la Fundación Mar del
Plata Trasplante.
“Entre tantas pálidas hicimos el primer trasplante del país
en condición de pandemia y nos llena de orgullo y placer, pero por otro lado
nos genera temor porque nos enfrentamos a estar cerca de personas relacionadas
con el coronavirus y exponemos a todo el equipo y nuestras familias”,
reflexionó Fernández. “A pesar de los temores, todos cumplimos con nuestro
deber y estamos muy felices por eso”, resumió.
Sobre la evolución del paciente trasplantado, el médico
afirmó que se le dará un “alta temprana” para evitar que “esté cerca de las
instituciones médicas” y -además- se le realizará un “seguimiento a domicilio”
para poder “liberar camas en la clínica y así quitarle el riesgo de que
permanezca en contacto con otras personas”.
Todo el operativo fue realizado por la doctora Gregorina
Bascolo Viviani y Patricio Zanardi, quienes son procuradores en Mar del Plata
del Cucaiba, junto a cirujanos de la Fundación Mar del Plata Trasplante y
profesionales del HIGA.
“El proceso de implante duró entre 6 y 7 horas
aproximadamente y el operativo completo un día entero”, detalló Fernández.
Por último, calificó la operación como un “trasplante
multiorgánico”. ¿Qué significa esto? Que además de la extracción del hígado, los
profesionales extirparon dos riñones del paciente donante que fueron enviados a
otras instituciones del país para futuros receptores.
La realización de trasplantes de hígado en Mar del Plata se
acerca a los diez años de historia. En noviembre de 2010 un equipo médico de la
Clínica Pueyrredon dirigido por Diego Fernández, luego de 2 años de
preparación, implantó por primera vez a un paciente con cirrosis terminal.
Este hecho médico, científico y asistencial sin precedentes
en la medicina local a cargo de la Fundación Mar del Plata Trasplante se
inscribió como el producto del esfuerzo irrestricto de un grupo humano numeroso
formado no solo por profesionales, sino también por integrantes no médicos de
la Clínica Pueyrredon, que apoyaron sostenida y perseverantemente la
iniciativa.
“En Mar del Plata esto supuso y supone un gigantesco
esfuerzo para superar y sobrellevar dificultades cotidianas de toda índole:
económico, financieras, logísticas”, dijo Diego Fernández, presidente de la
Fundacion y jefe del programa de Trasplante Hepático.
“Por eso es importante lo de la Clínica Pueyrredon porque
hacemos trasplantes a pacientes con o sin cobertura médica y los financiamos
juntos con la Fundación para que sea universal”, agregó y resumió que “a un
paciente sin recursos se lo trasplanta exactamente igual que uno con prepaga”.
Fuente: Diario La Capital de Mar del Plata - Ver más sobre Trasplantes