No sólo ayudará a
no olvidar, sino a rescatar conceptos de los que no nos acordábamos.
El sueño es una actividad humana que ha sido ampliamente
estudiada a lo largo de los años. Uno de los principales objetos de análisis al
respecto ha sido la conexión del sueño con la memoria. Allá por los años 20,
los investigadores Jenkins y Dallenchach descubrieron que las curvas del olvido
eran menores entre las personas que dormían más. De esta forma, se empezó a
entender que el sueño tenía una potente conexión con el recuerdo.
Hoy, más de nueve décadas después de esos primeros
hallazgos, el impacto beneficioso que el sueño tiene en la memoria está bien
establecido y documentado. Ahora sabemos que cuanto antes se duerme el
individuo después de aprender o codificar un concepto, mejor lo retendrá en su
cabeza.
No obstante, según apunta un estudio publicado esta semana
en la revista Cortex, uno de los debates actuales en torno a esta cuestión se
centra en saber si el sueño hace que la memoria declarativa trabaje mejor, y
sea, por tanto, más accesible, o si simplemente el sueño protege contra el
olvido sin más.
Nicolas Dumay, profesor en el departamento de psicología de
la Universidad de Exeter (Reino Unido) y responsable del estudio, explica a
este periódico qué es la memoria declarativa: "Este concepto se refiere a
la memoria para la información y su significado, y para los episodios
autobiográficos, esto es, tu pasado. Controla los conceptos del qué y el cómo.
Este tipo de memoria hace que la persona pueda declarar una información, bien
recordándola,o bien sabiendo que ya la conoces cuando te encuentras de nuevo
con ese concepto".
Sabiendo esto, y teniendo ya claro que la memoria sirve, en
general, para fijar conceptos, Dumay se preguntó si también serviría para
recordar cosas de las que, a priori, el individuo no se acordaba. Los
resultados de su investigación sostienen justamente esto: que dormir no sólo
sirve para no olvidar, sino para recordar, es decir para rescatar algo dentro
de nuestra memoria. El estudio demuestra que después de dormir somos capaces de
acordarnos de conceptos que no nos venían a la mente mientras estábamos
despiertos o justo después de aprenderlos.
Para llegar a esta conclusión, se cogieron a 72 personas y
se les dividió en dos grupos de 36. A todos les hizo aprender una serie de
palabras inventadas, y tras ello, les hicieron un test para comprobar si las
recordaban. A continuación, un grupo se iba a dormir, mientras que otro se
mantenía despierto, y 12 horas más tarde, se volvía a hacer el mismo test de
antes para ver si el número de palabras recordadas había cambiado. A esta
segunda prueba la llamaron re test.
La idea era distinguir entre las palabras perdidas, es
decir, las que no se recordaron ni en el primer test ni en el segundo; las
mantenidas, que se recordaban tanto en el primero como en el segundo; o las
ganadas, que sólo se recordaban en la segunda prueba. Siguiendo el objetivo del
estudio, lo interesante era ver cuántas palabras se ganaban.
Los resultados del análisis ponen de manifiesto que, en
comparación con el grupo que se mantiene despierto, el sueño ayudaba, más que a
la pérdida de memoria, a recordar conceptos anteriormente olvidados, ya que las
palabras ganadas se daban mucho más entre los participantes que dormían que
entre los que no lo hicieron.
"He concluido que dormir ayuda a recuperar información
a la que inicialmente la persona no tenía acceso, porque esos recuerdos eran
inicialmente, por alguna razón, demasiado débiles o inestables", explica
Dumay, quien apunta que la posibilidad de ganar o recuperar un concepto en el
segundo test respecto al primero era más del doble en el grupo que dormía
(16,9% de palabras recordadas en el re test) frente al que se mantenía
despierto (7,3%).
En opinión de Dumay, la clave de esto estaría en el
hipocampo, una estructura interna del lóbulo temporal, "que se encarga de
descomprimir episodios y conceptos recientemente codificados, y los repite en
las regiones del cerebro que originalmente estuvieron involucradas en su
aprendizaje". El investigador se aventura a señalar que sus hallazgos no
deberían limitarse sólo al área lingüística, como aquí se ha hecho, sino que
"podrían ser particularmente útiles para aquellos que tengan que entrevistas
a víctimas o testigos de un crimen".
Fuente: Diario El Mundo - Ver más Notas de Color