Entre un 15 y un 20 por ciento de las muertes ocasionadas por tumores malignos son consecuencia directa del exceso de peso.
Una de cada dos personas nacidas hoy tendrá cáncer. El
envejecimiento de la población y los hábitos de vida poco saludables son causas
conocidas que explican el incremento del número de casos, tal y como afirma
Pilar Garrido, presidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Lo que no se conoce tan bien es la relación entre obesidad y cáncer. Según
expertos de este colectivo y la Sociedad Española para el Estudio de la
Obesidad (Seedo), el 4 por ciento de los hombres y el 7 por ciento de las
mujeres deben su cáncer al exceso de peso.
Cada año se diagnostican en nuestro país más de 215.000
casos oncológicos. Se estima que entre un 15 y un 20 por ciento de las muertes
ocasionadas por estos tumores son consecuencia directa de la obesidad. “Está
demostrado que la obesidad es un factor de riesgo de ciertos cánceres, entre
los que se incluyen el cáncer de mama, el cáncer colorrectal, el de endometrio,
el cáncer de próstata, el renal, el de esófago y el cáncer de páncreas”,
asegura Garrido. Además, el exceso de peso también dispara las posibilidades de
sufrir neoplasias hematológicas como leucemia o linfoma.
El exceso de peso tiene una relación directa con la
aparición del cáncer pero, además, implica un peor diagnóstico en enfermedades
neoplásicas que afectan a las mujeres, como el cáncer de mama y de útero, y a
los hombres, como el cáncer de próstata. Estar obeso incrementa, además, la
probabilidad de recidiva (reaparición de la enfermedad tiempo después de
haberla padecido) y de mortalidad “en caso de cáncer de colon, esófago,
vesícula biliar, páncreas y riñón”, enumera la especialista. “La obesidad
también puede dificultar y retrasar el diagnóstico, interferir en la
administración eficaz del tratamiento y aumentar los riesgos de desarrollo de
segundas neoplasias primarias y comorbilidades, tales como enfermedades
cardiovasculares y diabetes”, alerta Garrido.
“Los pacientes obesos tienen una peor tolerancia a los
tratamientos oncológicos”, confirma Pedro Pérez Segura, coordinador del Grupo
de Trabajo SEOM de Prevención y Diagnóstico Precoz. “Una de las razones podría
ser el hecho de que algunos tratamientos se acumulan en el tejido adiposo dando
lugar a una recirculación del mismo, aumentando la exposición del organismo a
sus efectos secundarios”, explica. Además, existen datos que demuestran que los
pacientes obesos tienen más posibilidades de recaer o de padecer un segundo
tumor “debido a un ambiente favorecedor para la producción de tumores”, añade.
Por esta razón, la superación de un cáncer es un momento
idóneo para iniciar o implementar el tratamiento de la obesidad. Así opina
Albert Goday, vicepresidente de la Seedo y coordinador el programa ObeyCan, un
proyecto puesto en marcha por este colectivo y el SEOM para reducir el impacto
de la obesidad en el cáncer. “Prevenir la obesidad previene el cáncer. Aunque
parece muy atrevida esta afirmación, es cierta. La obesidad es la segunda causa
prevenible de desarrollo de cáncer tras el consumo de tabaco”, asevera, si bien
la tendencia es que la obesidad supere al tabaquismo como desencadenante de un
tumor maligno “de forma acelerada”, apunta Garrido.
Según Goday, es necesario que tanto los profesionales como
los pacientes se sensibilicen acerca de la “fuerte asociación” entre obesidad y
cáncer. Desde su punto de vista, es fundamental el diseño de “programas
sencillos para que las personas que han sufrido un cáncer puedan perder o
evitar ganar peso en exceso de una forma controlada y saludable”. En este sentido,
el coordinador de ObeyCan destaca el papel que desempeña el oncólogo: “La
excelente relación que se establece entre el especialista y su paciente le
confiere un poder de convicción muy valorable para dirigir al paciente a un
programa de pérdida de peso”, concluye.
Fuente: DMedicina.com - Ver más sobre Obesidad