Un equipo de investigadores ha realizado un estudio sobre el
progreso en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible vinculados
a la salud con el fin de rendir cuentas sobre el nivel de cumplimiento. Los
resultados se publican en la revista 'The Lancet'.
A nivel mundial, se han logrado importantes avances hacia
algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con la
salud desde el año 2000, sobre todo en la reducción de la mortalidad neonatal y
de menores de 5 años, la planificación familiar y el despliegue de la atención
sanitaria universal.
Sin embargo, en áreas más allá de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM), que llegaron a su fin en el año 2015, se han
hecho algunos avances. Por ejemplo, se han producido mejoras sólo mínimas en
las tasas de incidencia de la hepatitis B, mientras que el sobrepeso infantil,
la violencia de pareja y el consumo nocivo de alcohol han empeorado.
Estas nuevas estimaciones proporcionan un análisis
independiente del cumplimiento de los ODS relacionados con la salud, según
destacan sus autores. El estudio, que es una evaluación anual de los resultados
de salud de los ODS, se hace público este miércoles en un evento especial de la
Asamblea General de la ONU en Nueva York.
El objetivo es proporcionar una herramienta para rendir
cuentas a nivel global sobre el progreso hacia las metas de los ODS en 2030 y
equiparar gobiernos, políticos, organizaciones de ayuda y profesionales de la
salud con la evidencia para identificar éxitos, deficiencias y prioridades en
la prestación de asistencia sanitaria.
Los ODS son 17 objetivos universales, 169 propósitos y 230
indicadores establecidos por Naciones Unidas en 2015 dirigidos a una serie de
problemas acuciantes, como la seguridad alimentaria y del agua, la pobreza y el
cambio climático hasta 2030. La salud es el núcleo de los ODS-ODM, con el
tercer objetivo que es "garantizar una vida saludable y promover el bienestar
para todos en todas las edades", y los indicadores relacionados con la
salud también están presentes en 11 de 16 objetivos.
Utilizando los datos del estudio 'Global Burden of Diseases,
Injuries, and Risk Factors' (GBD) entre 1990 y 2015, el profesor Stephen Lim,
del Instituto para la Métrica y la Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas
en inglés) de la Universidad de Washington, en Seattle, Estados Unidos, y sus
colegas estimaron el estado actual de 33 de los 47 indicadores de los ODS
relacionados con la salud.
Para permitir una comparación más fácil, los investigadores
crearon un índice de ODS relacionados con la salud (con una calificación de
0-100) que combinó estos 33 indicadores vinculados con la salud para medir el
progreso de 188 países entre 1990 y 2015.
ISLANDIA, A LA CABEZA DE 188 PAÍSES EN CONSECUCIÓN DE LOS
ODS
En 2015, el índice de los ODS asociados con la salud fue más
alto en Islandia, Singapur y Suecia, con Reino Unido en quinto lugar, justo por
delante de Finlandia. La República Centroafricana, Somalia y Sudán del Sur
presentaron los valores más bajos del índice de los ODS vinculados con la
salud. A pesar del rápido crecimiento económico, India se clasificó en el
puesto 143, por debajo de las Comores y Ghana.
Estados Unidos está en el puesto 28 en el mundo, un puesto
relativamente pobre debido, principalmente, a las muertes por la violencia
interpersonal, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el consumo nocivo
de alcohol, el sobrepeso infantil y el suicidio. Estados Unidos también tuvo
malos resultados en comparación con otros países de altos ingresos en la
mortalidad neonatal, del niño y la madre, lo que refleja las grandes
diferencias en el acceso y la calidad de la asistencia sanitaria en Estados
Unidos.
"Este documento sobre los ODS representa una línea de
base que aporta información para las políticas sanitarias y la toma de
decisiones en todos los países, así como las Naciones Unidas", dice el
director del IHME, Christopher Murray. "Es esencial que cada año, durante
los próximos 15 años, las naciones se sientan responsables de los objetivos que
sus líderes se han comprometido a cumplir. Este informe aporta un elemento
importante para que la rendición de cuentas", subraya.
Varios países ya cumplieron con los objetivos de ODS
relacionados con la salud en 2015, pero el desarrollo varía ampliante
dependiendo de los indicadores. Por ejemplo, más del 60 por ciento de los
países ya han cumplido los objetivos de 2030 en la reducción de la muerte
materna (menos de 70 muertes por cada 100.000 nacidos vivos) y la mortalidad
infantil (25 muertes por cada 1.000 nacidos vivos).
Ningún país ha cumplido con alguno de los nueve objetivos de
la completa eliminación de enfermedades como la tuberculosis y el VIH o la
reducción de la prevalencia de los problemas de salud, como el sobrepeso
infantil y la violencia de género, al cero por ciento.
Los autores advierten que dado el modesto progreso en el VIH
y la tuberculosis en los últimos 25 años, la visión de poner fin a estas
epidemias en los próximos 15 años es muy poco realista. Además, menos de una
quinta parte de los países han alcanzado la meta de 2030 de eliminar el retraso
del crecimiento y emaciación (delgadez patológica) en niños menores de 5 años,
mientras que sólo alrededor de una cuarta parte de los países ha logrado
reducir sustancialmente la exposición a la contaminación del aire del hogar y
menos de una quinta parte de los países ha conseguido el acceso universal y
asequible al agua potable y el saneamiento.
Los investigadores crearon el Índice Sociodemográfico (SDI,
por sus siglas en inglés) como una medida de desarrollo con el fin de
diferenciar los progresos realizados en el índice ODS del progreso que los
países habrían esperado hacer a medida que se desarrollan. El SDI se basa en el
ingreso per cápita, el nivel de instrucción y la tasa global de fecundidad, los
principales índices del estado de desarrollo de un país.
Numerosas regiones registraron una mejora mayor de la
esperada en el índice SDG relacionado con la salud entre 2000 y 2015,
incluyendo Timor-Leste, Tayikistán, Columbia, Taiwán e Islandia. Los autores
apuntan a una serie de políticas e intervenciones que pueden haber tenido un
factor en el progreso de estos países.
En Timor Oriental, por ejemplo, el acceso a los servicios de
salud para los pobres ha mejorado y la tasa de mortalidad neonatal y en menores
de 5 años, el retraso del crecimiento infantil y la exposición a la
insalubridad del agua y el saneamiento se redujo drásticamente, posiblemente
gracias a la fuerte inversión del Gobierno en la reforma de salud; mientras que
las políticas de control del tabaco y el prestigioso sistema de salud público
en Islandia pueden haber contribuido a las grandes caídas en las tasas de
mortalidad por enfermedades no transmisibles y la prevalencia del tabaquismo.
En el otro extremo del espectro, cinco países tuvieron
resultados mucho peores de lo esperado, como Libia y Siria, principalmente como
resultado de la guerra y la violencia. Aunque el SDI fue altamente predictivo
del índice general de ODS relacionados con la salud, no tuvo impacto en algunos
indicadores clave, como violencia interpersonal, autolesiones, contaminación de
partículas y obesidad infantil.
Por lo tanto, los autores concluyen que dar prioridad a
aumentos en los ingresos personales, la inversión en la educación y la
planificación familiar por sí solos no será suficiente para cumplir con las
ambiciosas metas de los ODS para 2030. El profesor Lim subraya: "Será un esfuerzo
anual para asegurar que se mantiene el progreso y que se aprenden las lecciones
de los éxitos y se transfieren rápidamente a otros países donde el progreso es
menos impresionante".
Fuente: Europa Press - Ver más sobre ODS